30.8.06

                                 

Para crearlo simplemente no se lo nombra aunque se trate de una niña de altura rodilla y miriñaque desgarrado por las sombras de unas luces que envuelven los escapes.
Así desaparece en capítulos de reinados frambuesas y flamencos, de un aire hilvanado con el aura de su gentileza para con las frondas mesetas de vientres; del suyo cubierto de ombligos guillotinados.
¿Con que tobillo tu sexo tropieza?.
Deja de morder el silencio. Vuelve.
Que las lunas de tus faldas se confundan hasta no ser falda. Que tus noches despierten la cavilación de los sueños.
Que el misterio de ignorar quién eres vomite sus verdades heridas.
¿Sobre que pies reposa tu cabeza?.
Deandas a la suerte de un dado chueco y desafilado en las puntas. Deando soplando cuanto queda de calma para no llamarte “creación de ciento un elefantes”.
Eso, o simplemente ser uno a uno.
Cuando te arrojas al destino, este puede no responder a tus imponderables. Cuando llueve dentro del impermeable de la niña con miriñaque hecho jirones de espías con ojos de arañas, la solución es esa; que siga abrazando al niño hasta desahogar sus desamores.
Si no creyera que hay esperanza, creería en dios.
Al hueso en cuya melodía resuenan las aguas de tu reverberación, desborda lo intangible de aquello que nos ata al cosmos en un absoluto que se interrumpe en la intermitencia de la materia.
Fecunda y profana, devendrás la tragedia de un parto muerto trayendo lo que las pasiones ocultas desentierran, incluso cuando pierdas un poco la propia vida; aún dándole la espalda a lo que contranatura es muerte.
[avec un coeur de varennes pendant de ta cou]
Así llegarás vestida...
Caos.


avec un coeur de varennes pendant de ta cou: (fr. "con un corazón de varennes pendiendo de tu cuello").

la caos

27.8.06

si ruje es niña

en el centro de la palma de mi mano el botón de su barriga arde de un amor con un amor lleno.
lleno de ella y de su panza enamorada que acaricia a mi mano mientras la besan los dedos.

26.8.06

tatám-tatamba

a la espera de alguien que me pica con la lengua del continente negro
negro continente de la lengua con que pícame alguien de esperar alas
espera negra continental de la lengua conspicuamente alada que algo
picándome cuando alguien de esperar continentes ennegrezca lingual
con la picazón lípida a la oscuridad de las contingencias de quien sabe
la lengua blanca de contener nada de un alguien paciente que se rasca
a la vinagreta descolorida de una impaciente irritación capicúa de nadie
incontinencia la del que con la lengua arde esperanto y no urde colores
del picor borroneado y espirituoso que jadea con tino y esperanzas que
alguien con tanta umbría no encendería una roncha en su quijada si no
me contradicen las hormigas que muerden algo que parece un carbón
al sancho sin amo que regodea por labios la superficie calma del vacío
pinta lamiendo las hinchazones de un otro al que le contiene para serle
hacerle y esperarle con pique competente para que la lengua sin prisa
deje un claro expectante de terreno en donde probar su habla cubierta
a la sombra blanda de un lenguaje que ráscase consciente de ser alguien
(tatamba-tatamba, tatamba-tatám)

25.8.06

anaba

(little-known good place)
piel cruza una calle y gira para ver los ojos de la ciudad que se aleja lenta e invisible entre las gotas.
piel lleva su lugar consigo doquiera sea que vaya.
(con sus juanas y pies desnudos)
...dónde tu corazón duerme; piel está.


anaba: Llittle-known good place (jap. "Buen lugar pequeño y conocido" o "Lugar bueno, pequeño y conocido")

24.8.06

la tyrannie d´un koshuku

(ella sin tus noches)
El diluvio de una tormenta solar en mi otro ojo... el que no lo es.
[lastimada sangre avispa que derrama alas azules; prepárate para la malasangre]
La diferencia entre gibraltares y quien reposa en su propia piedra...
Sumergirme para hallar algún absoluto; hundirme esperando dejar allí ese peso que empuja y tropieza.
Caer... alcanzarte... tocarte...
Perderme en la presión y no saber si es tu cuerpo, el mío, o el agua...
Tienes el cuerpo del agua.
Tienes miedo.
Tengo.
Quiero no emerger; no me dejas.
Déjame; y te abrazas.
Nadie debe ahogarse tan destempladamente sin pensar en la tibieza de un ser intranquilo y quieto.
Con el agua por dentro y por fuera, me humedezco.
No puedo encerrarme; sencillamente no puedo.
Lo sé.
De las piedras surge la vida y allí estoy, a su lado ya no sabiéndome más mío.
Cuando un ella es río y beberla hace la diferencia entre dormirse bajo las campanillas de sus senos y los sabores de sus fragancias inundado de dudas despertar encontrarme en un estado cuencas y contorsiones de respiración entrecortada y lagunas de lucidez que saben menos de cómo envenenar lo inanimado antes que darle una caricia para erosionarlo soplando lúdica y sin sexos una brisa que nos derrumba inalterable por dentro quemas y heme aquí hundiéndome dentro de la dura carnosidad de la tierra que señala los cielos de pie sobre las aguas de una esencia similar a la vasija de tus manos juntas que me contiene y me besa mientras me bebes...
Cenizas.
Envuelto de aguas pétreas trazo una línea con el dedo que se va curvando hasta derramarse.
Puedo escribir en cualquier superficie, dices.
Y no entiendo por qué me muerdes con las manos y te sonríes. Sabes mi malasangre en tu boca y te relames.
No está tan mal...
Hace un día destrozaba a golpes mi pecho con la coreografía de un quebrado parpadeo ritual. Luces tenues y un latido externo que percutía y resonaba a costillas.
Asfixias. La semblanza de un radiar tus sentidos y que permanezcan intactos... o desgranados a las pasiones del vacío...
Deshacer distancias, tiempos; absorberlos.
Llenar los espacios para crear nuevos.
Puedes usar mi piel y los hilos de mi sangre, dices escribiendo sin mover al escribiente.
Y no digo. No te desato. No despierto entre tus pies; aún estoy entrelazado. Aún estoy dentro...
Sumergido en tu cuerpo me llevas con pequeñas muertes a tu propia muerte.
Me devoras entero y te haces lluvia.
Crezco como el agua, dices sin decirlo.
(eres el agua que crece en mi) afirmo entre paréntesis, y te dilatas.
¿En serio?...
...en serio.
[tengo una inflorescencia en el brazo,
y es apenas una gota que dormita en mis gibraltares.
en el flanco donde se supone debe estar mi corazón, siento algo que no es.
...no me siento]
y tapando con sus dedos una sonrisa incontenible, cómplice, sólo la flor sin la flor explicita a nuestro convencimiento cómo es que un poema africano fue estrito en una lengua que le es desconocida y en un origen tan lejano al de su propio vientre que a la vez, no le es ajeno.


un sueño de mieles negras
saber que soy ese otro y no sentirte
con la serenidad de la malasangre
(cementerios)
la sal en la herida
(elefantes)
la tuya, la mía
las bondades de lamernos
antes de partir
(¿a dónde van a morir las aves?)
abrirnos
hallar el equilibrio de la desorientación
con la serenidad de la malasangre
una sonrisa
y mieles negras para arrullar el sueño

La tyrannie d´un koshoku: (fr. “la tiranía de un...) koshuku, jap. “color marchito”)

23.8.06

inversión

Antoinette dijo...
Me quedaría observando como ustedes se reflejan en mí.
bacio!
miércoles, agosto 23, 2006 4:32:46 PM

Spoiled Princess dijo...
supongo que hare lo mismo
miércoles, agosto 23, 2006 11:28:58 PM

Mi Otro Yo dijo...
guau!
Cuánto camufladamente guardado hay acá. Ahora sé que sos un chico(pido perdon por no haberlo definido antes) y que los nenes te quieren y te hacen lo bueno que tenes para dar.
Dejas la posibilidad de decir tanto que encanta. Gracias!!! Y yo también hare lo mismo.
Saludos y me gusto demasiado!
jueves, agosto 24, 2006 12:33:38 AM

Mi Otro Yo dijo...
ah si yo estuviese del otro lado, simplemente me quedaria sentada mirando el atardecer.
Saludos!
jueves, agosto 24, 2006 12:35:32 AM
Antoinette dijo...
todos reverberan en mí, uy! que se viene, que se viene la quebrazón...
jueves, agosto 24, 2006 5:38:29 PM
Libélula de Acero dijo...
Si yo estuviese del otro lado, no me quedaría mirando el atardecer, sino que correría hacia su centro rojo y me sambulliría en un nado de fuego. Porque nada me afecta mas que su calidez.
Si yo creyera que todos reverberan en torno mío, los organizaría todos y montaría la versión argentina del cirque du soleil.
Si yo estuviese del otro lado, estaría rodeada de violetas-orquídeas, con la panza y el sexo contento y abrazando elefantes.
viernes, agosto 25, 2006 12:45:49 PM
Charol dijo...
por ahora no se me ocurre, pero no queria dejar de comnetar...
besos
viernes, agosto 25, 2006 7:55:17 PM
Antoinette dijo...
hay 101 elefantes reverberantes en el césped, voy pasando por el 94, estoy segura que llegando al último me voy a tropezar.
viernes, agosto 25, 2006 9:09:45 PM
Ary dijo...
El otro lado
es
siempre este lado
que
esta del otro lado
cuando
existen los lados
miércoles, septiembre 13, 2006 12:31:06 PM

18.8.06

cruzadas

Para una mujer rota un zurcido. Para un hombre descosido una aguja.
Con este lema solían los alfiles entrar en batalla citando las primeras palabras de su Señor.
Y esto en pro del arzobispado de avispas legionarias que derruían poco a poco con su veneno las cabezas de sus fieles seguidores.
Vieras que monástico el paisaje de niños con las cabezas moradas y enormes, incapaces de conciliar el sueño, aún rezando a los aguijones latiendo en su carne poco antes de ser devorados por las alucinaciones de un sueño cubierto de arenas negras...
las diagonales de los alfiles se truncó cuando uno de ellos se vio cara a cara con su creador.
-Pero te creía... nos dijeron que...- musitaba el noble alfil de penacho crespo y frente cincelada por la sequedad de los días libertarios.
-También yo...- y el creador sonrió.
-Y todo este tiempo... ¿Dónde estuviste todo este tiempo?...- indagó mordiendo el polvo de sus labios mirando el atuendo en ruinas de su hacedor.
-Aquí... enterrado... me han dado mucho trabajo, sabes...- asentía suspirando una resignación insatisfecha.
-No logro comprenderte, pero... tus manos.- las manos del creador estaban llenas de marcas de piquetes. –Debes de haber cosido mucho, te has lastimado tanto...- le dijo tomándole las manos y viendo como parecían abrirse entre las ajaduras.
-Me han lastimado mucho criatura...- en ese momento el alfil dejó que las manos se soltaran cadenciosamente mientras su rostro se pasmaba.
-No es posible, nosotros, tú... No puede ser, te equivocas...-
[segunda regla de la humanidad: cuestionar a su creador. La primera es atribuirle lo que no puede explicar por su propia razón y divinidad]
-Las marcas que tengo en las manos son de los venenos que ustedes mismos se inflingen. Debo permanecer sepultado para que la tierra los absorba. Mi sangre no alcanza para salvar a los más pequeños y nada puedo hacer por aquellos convencidos de morir en mi nombre, salvo esto...- el alfil lo miró con desconcierto. –Coser sus mortajas si se llegan a hallar sus restos...- dejando escapar lágrimas que traducíanse en cantos de aves y se elevaban para que nadie pudiese decir en vano que vio a un dios llorar.
El alfil no supo qué decir.
Aquella figura celestial era más humana de lo que él era... y sorprendido de sí, atravesó el corazón de aquél ser puro e imperfecto impactando contra sus costillas, quebrándolas...
Su estilete era el que no dejaría de llorar ahora.
La labor de un alfiletero, no debiera ser la de enterrar a sus muertos.

[la carne de tus sueños]
Para echar raíces, no necesitas tierra.
Aprende de las orquídeas.
Échate en la niebla de un amante y vierte tus raíces.
No importa que su cuerpo esté lleno de espinas.
Ninguno se dañará.
Para que duela menos, aférrate más.
Que los colmillos se hundan hasta que le duelan con su amor, para que el amor no duela.
Para que el amor no distinga ni sea percibido sino en esencia.
Como la bruma.
Como la piel de las orquídeas.
Échate sobre las raíces de un corazón epífita,
y haz de tu ser niebla, orquídea; y tierra.
...aunque ya no la necesites.
[el hueso de los míos]

16.8.06

¿y tú con quien estás soñando?

este elefante no duerme solo

Imagen intervenida sobre origianl de: Màriam Ben-Arab
Link:
http://misissi.blogspot.com/2006/03/cosetes.html

15.8.06

odio el té

Pareciera que no quiero escribir por sobre la gripe, pero mis motivos son otros. Yacen dentro...
Me duele el brazo derecho a la altura del hombro, los ojos humean y lloran hinchados, la garganta me rechina áspera. Trago y me duele; tengo los gánglios del tamaño de un bulbo de tulipán...
¡TENGO DOS TULIPANES EN LA GARGANTA!
No quiero hablar, me pesa escribir...

[pañuelo]
Tragar pastosidad, escupirla (también por la nariz).
No sé si ardo más por fuera o por dentro.
Y escribo.
No quiero estar en cama. No encuentro sentido en lo que digo a partir de aquí no esperes signos de puntuación y agradece los acentos que diablos tengo la boca del estómago como si me hubiesen dado dos paladas para desenterrarme las tripas el té está oscuro y amarillento no no no no es mi bilis estoy bebiendo mi propia bilis y sé que te repugna pero el que la está tomando soy yo y no sé por qué tendemos a desencadenarnos de ciertas sensaciones a fin de liberarlas esperando salgan del cuerpo como un eco metálico que reverbera y los párpados entrecerrados estoy por estornudar me pican las fosas y la cabeza ya no es más que una cosa acuosa me sale despacio y quiero dormir o despertarme de esto.
Pero no quiero estar en cama.
¡puaj!

7.8.06

demoliciones

[pronto]

A las pruebas de los romances ontológicos (palabra esta que a mi humilde ignorancia, no termino de comprender con un ejemplo de cocina) tuvo lugar en los jardines de una luna en jueves que sólo alguien que indaga sobre las partituras que nos hacen interpretarnos en un cuerpo ajeno, conoce sus miedos tanto como abrazarlos, escogerlos, en tanto me reduce a ternuras con un deseo de bufandas.
¿Porque no puede transmutarse una idea?.
Desierto... un desierto en ruinas; ¿qué es?.
¿Olvidarse del vientre de una madre?... tengo pinzas en las razones.
Ahhh, quien fuese cuerda de tus puentes para hacerse de naranjas en tus narices, pétalo contra el pétalo de tu mejilla, respiración de una doble vida de año y medio... respirar con ellas las diferencias y el recuerdo.
Una vez fuimos...
¿Se puede crear tanto con tan poco tiempo, tamaño?.
Somos tan disímiles y próximos como un elefante en un jardín de violetas...
[una vez, todo, cada vez, siempre se reinventa]
Ella es de las que saben que la tierra puede derramarse cuando el diablo llora.
¿No lo crees tú?.
Que poco sabes de los diablos entonces.
...y que poco sabes de ella.
(como un elefante prendado a esa única violeta)

cuestionarios

Te dejaré formular tres interrogantes de esas que, a pesar del número y la manzana, se sienten bajo la carne y por mucho que intentemos desgarrarla para quitarla; permanece ahí.
Pregúntame.
(tal vez sea yo, quien termine respondiendo)

2.8.06

(diggin´ in)

(una mujer, un cigarrillo y un café)

Las pamplinas de creer que uno sigue estando en la vida de otro brinda cierta esperanza ambivalente en el escaparate de las heridas esperatas.
En mi piel hay un jardín. Ven...
Poetas, hombres parias de los hombres. Tengo los labios resequidos de una ausencia que, pudiendo suplantar por otra, es la suya la que permanecerá intacta.
Sepultarnos entre los brazos hasta olvidarnos quienes somos. Completarnos con los pedazos rotos de cada uno...
Tres edades... aún sigo siendo un niño tonto.
Escribo sobre el miedo de abandonar al ser amado y le abandono.
(al miedo y al ser amado)

¿Cómo lo sé?... ella lo sabe.
Intento convencerme que es posible convencerla que no; que no siento por ella lo que siento.
(pero me sabe un mal mentiroso)

Cual aprendiz de lo divino la hice parte de mi piel. No quiero tener remedio. Deseo verla florecer mientras disto del cuerpo y la necesidad de estar solo.
De su tsukikage... seré su sombra.
(el otro lado)

Si malo, si bueno, lo hago en ese orden puesto que es el rige mi sangre aunque no tenga gobiernos.
No uses signos para que te descifre. Aquí no hay cifras para tus cálculos y conjeturas.
El orgullo a veces hace estragos en nuestros corazones, y mi cabello es un dilema no resuelto en las urdimbres de un ovillo de sinrazones.
¿Escuchas esa música?... está dentro tuyo.

Quisiera despertar dentro suyo... desperezarme en el seno de su vientre y sus pasiones; alcanzarla en disminución de alturas y constantes dinámicas; bajar desnudo los peldaños de su equilibrio, amerizar en el empeine de sus pasos, recorrerla vertebralmente mientras me dice que me odia y me besa sonriendo... Y no; no quiero recuperarla...
Quiero encontrarla de nuevo; aprenderla a que se eduque de mi naturaleza.

(si volviese a hacerle esa pregunta, me daría otra respuesta)
(tal vez una que sabe me disgustaría y por eso lo haría)
(importa poco; comprendo las probabilidades)
(...)
(pamplinas y mariposas de invierno que juegan en los calambres de mi barriga soñadora)
(en su memoria sólo eso... "en su")
(necesitar necesidades)
(necesidades con su nombre tallado en deshoras)
(entre luminiscencias que se reconfiguran para transmutarla)
(¿escuchas esa musiquita?)
(es ella...)
(danzando en los jardines de mi piel)
(azucena...)
(aludido y no)
(lleno de lo que me dio y no)
(de suyo por entero ser quisiera)
(una vez más tomar el más pequeño de sus dedos)

(abrázame)

(que no puedo contenerme a mi mismo de estos plumajes)

azucena en los sueños del dragón

*Tsukikage: (jap) Luna llena.azucena:

intervención sobre una pintura de Genovese.