31.7.06

789

Fénix;
¿Para qué tener tres dispositivos tres destinados a desperezarme tripartito, si convencido de hacerlo -amanecer con el mecánico gorjeo de ese bigotudo- los dos restantes apenas y resultan menos útiles que el primero para resurgirme del sueño del que no quiero despertar?.
(indefinido, incuantificable, un rato más suele ser mucho tiempo)

28.7.06

456

(va silbando después de un amainar de amanecer enfurecido)
¡Ay quimera!, ¡Que victorias esconde la desdichada vocal de un verde tan oscuro que se sabe mordida por una boca eva en un tercio de cordura y milagro a la vuelta de la esquina de un todo cambia por el semblante de un trazo grueso y la silhouette d´un homme moyen que despierta cuarenta y ocho horas después del naufragio!. Tanto así que la longitud de las admiraciones sonarían excesivas si no fuera porque anda suelto un vendedor de flores que revienta capullos de colores en las nucas grisáceas de los que sangran leche negra en sus miserias.
En los días chacales, hidra se apodera de uno como si no alcanzase su sexo para satisfacerse. Entonces llega como la sombra, esa figura sin cuerpo.
Estar unos escalones por sobre un pubis reposando, sentir un latido mayor, el eco de uno que vendrá, y no estar allí para escucharlos...
Hay maldiciones que se hicieron para romper.
(pero no conozco ninguna y creo que el amor no cuenta)
Los malditos somos nosotros. Incluyo mi carne en este dilema o la ecuación estaría incompleta.
(personalmente prefiero vivir maldito y abierto a quebrantarme ante el primer amor que roce con su dedo mi mejilla)
Ahora es el hambre el que se apodera. Antes fue el frío y el colosal hervor convaleciente de quien se desintoxica con un aliento pastoso.
(la vida es un veneno)
(esto ni es bueno ni es malo)
Y cualquiera de las dos sea; duele.
¿Por qué?.
Eso es algo que aún intento aprender.
"A Dios gracias", y él nada tuvo que ver. Se quedó dormido. Tan profundamente que ni cuenta se dio cuando le destrozaron el rostro a garrotazos.
Allí comenzó su tarea.
Allí que quedó tendido, desfigurado, haciéndonos a su imagen y semejanza.
(maldito)
(lo sabe)
(si nos drenamos este veneno...)
(lo sabe)
(y en ese punto ya nada tendría sentido)
Ni los días chacales en que el humo se hace niebla en los ojos puede una leche negra suplir la saciedad de un vivir maldito, repleto de amor.
Me guío por el rastro de tu instinto al escribirte.
El aroma de tu piel en la tormenta.
Vas descalza.
Y no; no eres tú.
Yo soy la presa.

26.7.06

123

tarea.
dejarme estar en tu vientre.

y partirte la cara.

cuando ya no me veas.

25.7.06

cachorro

no se sostiene sobre mi cabeza y melodea, medolea, me doele, me...
tan chiquito el escribirte, que no tiene semejanza a sentido alguno.
hacerlo más no quiero; me es imposible pedirlo.
pídemelo.
déjame dejar; de escribir; déjame.

¿o sí?.

tu pelaje en la nieve de una criatura que relame sus patas antes de la cacería.
mi océano es tu pecho.
intenta asestar cuantos estiletes quieras; romperé el tuyo con mis tifones.
¿cuán ordinario se torna uno al andar descalzo?.
se siente bien.
aquí contigo; es que guardo el sentido de mi instinto.


cuídame.

24.7.06

poppins

Galagalinda P. Galimatea andaba caminando por la acera -literalmente agarrándose con los pies al suelo, casi hasta se diría que los arrastraba en cada paso- cuando a un pañuelo se le voló el dueño.
-Estos ventarrones son de periferia.- destiló una vocecita vieja a Galagalinda que tuvo que girar inclinando hacia abajo su cabeza. Tanto así que incluso tuvo que agacharse para verla.
Allí estaba las más anciana y diminuta abuela que alguna vez se había visto (puesto que dejan verse muy rara vez).
La anciana sonreía entre sus mil arrugas.
-Tengo un mechón de hambre descorrido entreocultando mi ojo parche, los cordones de este zapato desatados (alzando su minúsculo pie), la nariz tibia y, no puedo volar a menos que me socorran en dicho pilotismo...-
¿Cuán vieja podía ser esa dama?... El dueño del pañuelo desaparecía en la distancia dando volteretas. Nadie podía escucharlo.
La señora respiró hondo y dándose una palmadita en la pierna, rió con desenfado, saludó a Galagalinda y reemprendió su marcha.
La joven por su parte volvió a girar su cabeza sin decir palabra, contemplando el caminar de la viejecita.
Se incorporó súbitamente al notar un gran número de transeúntes reunidos cerca suyo.
Estaba por volver sus pasos gacha y avergonzada, cuando un hombre llamó su atención...
-Olvida su pañuelo...- y luego de tomarlo se lo alcanzó estirando su mano como quien nos acerca algo sin acercarse.
Galagalinda lo miró un instante, fijo y sin parpadear; entonces cerró sus ojos, respiró hondo y...
Y el hombre emprendió un vuelo razante y desbaratado por entre los tejados.
Ese día, Galagalinda P. Galimatea no llegó a su clase de paracaidismo; nadie te prepara para un día de ensueño.
De regreso a casa, encontró al hombre que le había acercado el pañuelo, riendo descascaradamente sobre un colchón de hojas secas.
Antes de entrar a su casa habría asegurado haber visto una pequeña figura proyectando su sombra contra una luz, pero un mechón de hambre se le descorrió hasta entreocultarle su ojo parche...
Su nariz tibia tuvo curiosidad entonces y, desatando uno de sus zapatos, intentó volar...
Desde ese día, Galagalinda no pone un solo pie en tierra, y tampoco necesita llevar a cuestas paracaídas.
Soplar y/o ser soplado, he ahí los misterios dejados a elección de los habitantes de una villa flotante.
No la busques mirando sólo al cielo... los objetos bajo tus pies pueden verse microscópicos debido a la distancia que de ellos te separa.
Por cierto;
...¿Tienes un pañuelo?.

en el menor de los azares

Algo me hace galope en los paquetes que, entre lágrimas, cuelgan meditabundos sobre una coronita de recuerdos.
La mano que quiere pintarse a sí misma tocando un radiante cielo negro como si se tratase de una caricia divina. Que poco conocen los universos de los primeros dioses que intentaron crearlos. Entonces se hacían llamar simplemente con la palabra inicial de su origen.
Así fue que tenían, con un vocabulario un tanto despatarrado, una comunicación algo defectuosa, lo que devino en creaciones que... bueno... omitiendo algunos reflujos de pestañas y biologías mecánicas, acércase hipotéticamente a éste que de alguna manera nos es propio.
Tenían sí, la suficiente autocrítica como para saber que así, el fracaso era seguro y la responsabilidad no caería en uno solo, lo cual dábales un cierto alivio neurótico.
De esta forma, Tenían Así cada quien, resuelto unir fuerzas. Uno sostendría las luces, el otro tomaría las fotografías. Era esencial en principio tener pleno dominio del espacio.
Lo segundo a contemplar era el tiempo de elaboración y su fraccionamiento. Fue menester a dicho efecto asesorarse debidamente con el entonces hacedor de agujetas cuando quien en un apurado intento por subir tres escalones y medio de una zancada, tropezó equilibrado con la nada y descubrió debajo de los chichones de la caída, que al tiempo, siempre hay algo que debe restársele aunque crezca...
Este fue el ingrediente que aportó Cuando Tenían necesitó diagramar asociativamente el tiempo a los demás elementos, incluyendo la cocción de la que se encargaba Así.
Negociando por un precio justo, obtuvieron una rebaja en ciertas especias de segunda, es decir, con vocales en segundo orden, que al atisbo de notarlas por encima de ellos, optaron por destruirlas con un sistema de palmas donde todo lo que estuviese en medio, estallaba.
Volvieron a la mesa de trabajo, reescribieron conceptos, redefinieron bosquejos, replantearon la incidencias de la combinación espacio-tiempo y... con un poco de trampa, arrancáronse cada uno un pedazo de su ser y, lanzándolos al aire, los pulverizaron de una palmada (combustión).
-¡Así!.- gritó uno mientras Así lo miraba revolviendo la fragua.
El salón estaba cada vez más iluminado, más repleto. Destellos, pequeñas chispas segregando nuevas formas, se esparcían sobre el ambiente. Uno de los presentes afirmó que se trataba de la inconclusa teoría de la “contracaptura del movimiento”, que difiere sobremanera de la “inmovilidad de lo quieto”.
¿Cuántos campos de girasoles pueden cohabitar en un solo girasol?...
Aquello que comenzaron, soplando una diminuta partícula de lo que no era; echó a crecer, y a desarrollarse. Tanto, que-- -¿Girasoles?.- interrumpió uno mientras el resto miraba al que formuló la interrogante... Rápida y heliotrópicamente corrieron en busca del libro de recetas. Entre manos, gritos y quejidos, volcaron aquello con todas las señales y botones necesarias para guardar fielmente y como era usual, una descripción impecable de los hechos que determinaron la catalogación de una existencia que acababa de ser accidentalmente celebrada...
Antes que la luz y la oscuridad, primero, fue la pregunta...
Y a posteriori todos, las copas alzadas, brindando, festejaban vitoreando la respuesta:
¡GIRASOLES, GIRASOLES!.
Aquello se hizo inconmensurable; tanto (y aquí el libro prosigue desde dónde se lo interrumpiera) que los que por entonces se llamaban por el inicio de su palabra de origen, quedaron pequeños a las cueces de sus creaciones.
Tanto, que se transformaron en palabras. Palabras no sujetas a ningún estado.
A los manteles del apetito de una larga labor, aquellos que dejaron de ser, sentáronse a la mesa para cenar, bajo los albores de un infinito compuesto cuyo dominio, al tiempo que los observaba ajeno, lentamente los albergaba hasta absorberlos.
Dirás que esto no es más que una pura y absurda fantasía, pero recuerdo el golpeteo de la cuchara de madera de Así, dándole con la panza en el mano pintada de Dónde al intentar este -Este, que era algo inquieto, ese día estuvo sumamente calmo; como desprendido de sí, enamorado...- alcanzar la fundición de una joven principiante que optó por cultivar un rincón rodeado por un sueño que tuvo al encontrarse con su creación antes de ser concebida y llamarla por su nombre en un sonido irreconocible...
Sin embargo Tierra tenía plena certeza de algo que aún le era desconocido... y no, no somos nosotros.
Que Este no había olvidado lavarse las manos, que prefería, sonriente, llevarlas llenas de ella.
Tierra ama a Este rinconcito del corazón... pero las manos Tienen que, o el mismo se las lavará.
Es en esa estación, en ese paso que nos detiene y recorre por dentro que, cuando decidimos, abrimos lo más íntimo de nuestros miedos y nos llenamos.
La panza de un alma satisfecha y la de su mano intentando alcanzarte.
Creerás que la mano pintada es irreal, que la tuya lo es menos porque te sostiene la sien, te rasca, te acaricia... y es la mano de alguien más.
Parecer un juego ilegible puede, pero... ¿no te divierte?.
¿Cómo explicas que un adulto deje huellas de pies pequeños al andar?.
Al galope de tus arbitrios, lo que aquí permanece en palabras, alguna vez fueron dioses.
(seis individuos con una letra)

20.7.06

amigo

memento mori
...feliz día.

19.7.06

la niña de david

bb"Los valores del hombre han sido ultrajados por miles de años. Nuestra raza, nuestra historia, se ha visto desde tiempos antiguos diezmada por el barbárico acto del odio, el resentimiento, la inmisericordia. Nuestro pueblo ha soportado el castigo de Dios y el castigo del hombre. Hemos vivido el sufrimiento como nadie. No hay quien pueda venir aquí a decirnos que no estamos haciendo justicia en contra de aquellos que vilmente nos han atacado y asesinan a nuestros hijos, dejando en ruinas aquella humanidad por la cual velamos y seguimos luchando. Nuestra sangre no será derramada en vano. ¿Quién puede decir que no somos víctimas de los holocaustos que la semilla humana engendra en los que nos miran diferente?. Millones han perecido. Millones han sufrido. Conocemos el dolor. Somos millones que no tuvimos voz y hoy sólo pedimos lo que nos pertenece. Sólo pedimos que nos devuelvan nuestras vidas..."

Así se dirigió al mundo, ensombrecida figura paternal con aires de panzas hinchadas y condecoraciones prolibertarias, promoviendo a su nación, a sus pares, como los mártires de la civilización humana, los alfas destinados a la salvación de los avatares de este mundo.

Disculpe, solicitó amablemente el destello de una silueta en apariencia acérrima y distinta para la del hombre de grandes salivaciones... ¿Puede usted comparar ese sufrimiento que describe -cualificarlo, cuantificarlo- con el de esta pequeña de tres años que sobrevivió a un bombardeo bajo toneladas de escombros, que perdió a toda su familia, que por la gravedad de sus heridas no podrá engendrar vida alguna en su cuerpo entonces deshecho y que hoy está aquí, gracias al sacrificio de una sola persona contra el exterminio inmaculado?.

Y el hombre en vísperas de verse en un aprieto declamó triunfante...

"El ojo justo del gran Yahvé suele encandilar hasta al más noble de los corazones que, siguiendo sus palabras, actúa de buena fé y en consecuencia, acaece el mal sobre la semilla de su enemigo..."

Es verdad, dijo aquella voz calma... pero esa niña, envuelta en un manto de cadáver poco mayor que ella, esa pequeña con un corazón para siempre aquejado y frágil, también es judía... ¿Cómo hace ella para que le devuelvan su vida?, ¿Debe reclamarlo a su enemigo?... ¿Y dónde está el enemigo entonces?. ¿Está en ese cuerpo palestino que brindó la suya por la de ella sin pedir nada a cambio, que fue el primero en escuchar su carne desgarrada y sus huesos quebrados para lograr que ella esté aquí, para recordarnos que el único enemigo, radica en nuestros corazones, si es que lo dejamos?. ¿Importa la procedencia, la diferencia, la tierra, el origen?.

Respóndase cada quién a sí mismo estas preguntas.
Si miras en lo profundo de los ojos de quién dices odiar
...te verás a ti mismo.

16.7.06

a la carne de las flores

Le acercó al hombre de acero una duda irrefutable...
¿Por qué eres tan humanamente aberrante, tan lleno de eso que no nos hace iguales y nos separa, nos diferencia?.
A la luisa de sus marambios y fortalezas, se le dilató el nudo de su garganta y el corazón de a poco lo envenenó hasta adormecerlo. Antes que algún testigo cualquiera notara su ausencia, como el autor de un libro cuasiperfecto que se encarga de silenciar a los lectores que quieren echar luz a sus defectos de escritor mondongo, simplemente optó por convertirse en recuerdo.
Las sirenas suelen sonar cada vez menos.
Es que ya no quedan tantas urgencias, heridos que socorrer, muertos... ya no quedan.
Estamos en un globito más irreal que las caricaturas y las fantasías del cine mudo. No por ello es más negro y de labios rotos, entumecidos por los golpes.
¿Cuánta gente dirías que perece en el mundo cada día?. ¿Conoces a alguno?. ¿A cuántos matarías?.
Tengo un organito de aire dentro. El cardiólogo dice que es un soplo; yo digo que es un organito. Como ese que funciona girando una palanca... ¿O era una caja de sorpresas?.
(mi corazón me traiciona)
Y ella, la de galera, galaxia y curioso horizonte vertical, se me suscita en el ombligo.
El amor entre dos mujeres. El amor entre dos hombres.
El amor de un hombre que no grita, no provoca el pánico hasta destrozar la vía publica y todo en un radio que no alcanza a percibir quien estuviese a veinte pasos de niño del epicentro.
Llovieron estrellas sobre Beirut.
Anduve lo que a un azar de pies descontentos, les lleva andar con un diablo escombro.
Parafraseando a los diestros del fin del mundo, lo mejor es citar a ninguno.
Quisiera estar esta noche, caminando por la luna, solo. Sólo que no podría. Moriría.
...pero estaría solo. (y no quiero estarlo)
Hasta el más bruto de los escarabajos es inconforme. No tientes tu suerte de seguir siendo cucaracha. Hace frío. Algo está duro en mi estómago. Hace mucho frío. Está tibio. Veo el vapor saliendo de la herida. ¿Qué es esto que no siento de la cintura para abajo?. ¿Por qué me siento comprimido?. No puedo hablar; me cuelga la lengua del agotamiento, me falta la quijada... una flor.
Estoy aplastando una flor con un resto de cuerpo que, no creo me pertenezca. Cuelga de mi por el borde de una costura de huesos desarmados, pero no parece...
¿Dónde está mi cuerpo?, se pregunta la flor viendo al hombre desplomado encima.
Un hombre lleno de tanto acero que la misma luna colapsaría desorbitándose sobre sus propias entrañas.
Indestructible.
El placer de ser algo aniquilable y residir en cualquier parte está en la travesía de un estado a otro... no necesitas pasaporte.
Un sorbo más, uno más.
Tu beso opaco y contenido.
La flor no puede huir, no perece. Se alimenta de la sangre.
Tose y vomita porque se atraganta de la ansiedad de alimentarse para no morir. Le importa poco todo lo demás.
Con suerte, sea escogida como la flor nacional de alguna nación por existir.
Tal vez entonces, después de haber acabado con todos, el hombre de acero despierte de su sueño y responda colocando la palma de su mano llena de flores sobre quién le hizo la pregunta, y presione hasta perforarle el cráneo antes de que la asfixia se le adelante.
Agradecida la flor, una última comida no se le niega a nadie...
...salvo que uno sea la comida.
Recuerda; el hombre de acero, puede ser un jardinero cualquiera.
Saleros...
De haber habido más, la historia con las babosas hubiese sido diferente.

11.7.06

noir

A tu sastre le falta un ojo de aguja y un clavel bordado con auténticos claveles. El sombrero de doble copa le queda ciertamente escalofriante, máxime si le adosamos esa palidez que destella por entre sus barbas lucífugas.
La levita oscura, el calzado, su manera de decir: Trece; parece todo tan sospechoso que si no fuese hijo de una mujer tan virtuosa como su padre lo fue con ella, se entenderá a la perfección por qué acabó con su vida bajo un carruaje al saberla su hermana.
Claro que al volver en sí y en lo que a su atuendo concernía, se le olvidó por completo lo anterior mientras por entre los bigotes no dejaba de pronunciar, con esa forma tan extravagante e incluso foránea, la palabra: Trece.
Algo que parecía ser una respuesta a ninguna pregunta efectuada y que reiteraba como si se tratase de un mantra.
Ante la duda del largo de sus tobillos, se le hicieron algunas medidas de talle nuevamente. Era poco evidente su impaciencia y desgano de permanecer en ese sitio.
Pero lo dicho, el mármol de su piel oculta y descarnada, centelleaba por entre su tupida barba.
Cansado, inclinó sus ojos sobre la frente y la nuca del sastre, extendió su mano (la que tu prefieras, tiene varias) y la posó desapercibidamente sobre su hombro.
Las gafas del sastre cayeron junto con el alfiletero que tenía ajustado en la muñeca (de la mano que sea también de tu preferencia, pero aquí sólo había una; la otra la perdió sin dar explicaciones).
Los alfileres de su boca reflejaban más allá del ojo humano, un violáceo acierto en el instante que la mano se apoyo para buscar sostén y no desequilibrarse.
El clavel bordado con claveles reales, se marchitó descosiéndose sin que lo notara.
Catorce, catorce, catorce, catorce, catorce, catorce, catorce, catorce...
Para hallar de turno quien le haga un buen y último traje, la muerte tiene una suerte negra.
Y tú... ¿Qué número tienes?.

8.7.06

[mandala]

prometí no corregir el error. dejarlo para alguien como ella. alguien confiable para contar escaleras. menudo paseo para una hilandera. desabridos en boca mis abriles. sonrío seis veces su nombre. hasta tanto alguien lo repita. lo descifre hasta darle fin...
loencuentreconlaingravidezvertebraleintactadeunamuertebreveundíarojo unojoinmortalysalinoprevioalsuicidio quecirundabonitoconsusformassobreloslímitesdeestejuegoinfierno yalamanecerdesusdisculpasleagradeceentremalabaresy solícitoleconfiesaencincolenguasqueelcálculoesequivalentealdesuscaricias.
(sin importar onomatopeyas ni números)
relampagueante pararrayos de los huesos. astillas ungidas en lágrimas medicinales. una oración cada cinco palabras. un juego que invítote jugar. no más, no menos; cinco. aplicase a los finales también. los que tú quieras contar. esta métrica es enteramente pentagonal. con la mano lo anuncio. el plazo son cinco minutos. niña niño extravía su sexo. lejano se supo tarde desaparecido. arriba, abajo, al centro, golpea. suelo estilo rompecabezas duele menos. la cabeza contra el suelo. la súplica contra la nuca. mi beso en tu barbilla. no soy un buen franciscano. a las nueces las atraganto. a las sandalias las visto. y me desvisto ante tus pecados. leer, releer, concluir, recapitular, completar. osificación de perlas y boticarios. hierros brotando de las entrañas. luces sobre una voz incolora. por detrás de los oídos. resuenan sordos los ruegos divinos. dios y sus plegadas plegarias. un paraguas para el señor. un piloto para ese avión. cuerpos luminiscentes y extensas palabras. tu nombre en la tierra. tu esencia en la piel. refugia la síntesis aquí compresa. hazla estallar, espárcela sin despedazar. muérela con tu amor y entiérrela. su nombre en tu tierra. hasta que vuelvan a cerrarlo. diga daga no diga amén. no men; ánimo, ánima, amén. ¿y si crudamente dijera puñal?.
(no sé; mándala a mudar)

7.7.06

instantaneas

lento, el colmillo quebró el aire, lamió el lugar donde dejaría la herida para besar el corazón antes de alojarse en él con la tibieza de sus labios; antes de quitarte el aliento...
(en cámara lenta)
bang, bang...

...el que disparó era un niño.

talonarios

Le quisieron tapar el orificio ese al que su lengua amigajada y arenosa le da por desdoblarse hasta hacer las delicias y gratitudes de cuánto mendigo se lo solicite con frescura ya que, un músculo tan baboso como ese es agradable dentro de otra boca haciendo morisquetas, pero si fuese un caracol con intenciones poco bien intencionadas ¡HORROR!...
Por eso me gusta escurrirme por el contraborde de tu hombro y hacer sapito en la laguna de tu ombligo hembra y tu pubis lluvioso, florido con cálidas nieblas y mis ojos...
Que como desorbitados admirando valles, senos y piel desde el golfo de tus gemas por debajo de la superficie de tus carnales arrecifes que hacen las veces de aquél orificio que, sin lengua, se enjuga con los placeres de mi boca, la mía te bebe de cuerpo entero hasta acabarte...
(infinitamente hasta el fin)
Esas criaturas con casa a cuestas, estos dedos sin manos suaves que sentir, con más pájaros que los viejos harto conocidos anidando en las orejas...
¡Ahí va el de las plumas en los tímpanos!, gritan los turistas impertinentes.
Pasar de un jardín de placeres a una quinta manzana con altillo y cabo roto, no es lo mejor que pueden ofrecerle a estos lenguados dedos de caracol, pero ya me vengaré.
Ya los haré resbalar fatalmente por algún peldaño, andén o puente colgante.
Me llevará tiempo, pero soy paciente.
En el ínterin, si la ven a la dueña de ese manantial, déjense deslizar por las fuerzas de su cordial espalda.
(primigenia espiral de mujer dormida)
En cuanto a mi; si me encuentran en plena tarea de exterminio, no me rompan como a una cáscara de huevo.
Uno es frágil por los doce Aquiles y cualquier suela con que se lo pise.
...virtuoso amanecer para despertarse en el seno de alguien más.
(no tengo razones para explicarme)
(pero tengo esos tres finales)

5.7.06

(de nuevo por primera vez)

Seré más de lo mismo que no quiero ser.
Mudaré el instinto de una sonrisa de cereza al de mi rostro cubierto por el ocaso de siete espíritus que desfilan en procesión hacia los ríos del día rojo.
El Doble de decimal par en unidad de cinco narices y pañuelo adornando el bolsillo de una chaqueta es probable en un número vivo.
Pronta a divulgarse, la ceremonia no será más que un silencio abierto, acercarse más a ese lugar del que soy parte y este...
...del que fui y no seré.
Encontrarte esencial, de espaldas y que no seas tú... pero siendo en mi, tú, esa persona...
...es un lugar al que regresar es condición y duda que se dilucida incondicional.
(eras tú aunque no lo fueras)
Precordial, empuño mi destino y presiono. Destino y desierto tienen la misma naturaleza.
(no pienses sólo en uno de arena)
Del que provengo es uno de fríos polares y vientos de escamas y fuegos. Dragones de todas épocas, formas, tamaños, colores y genios.
No soy el más joven de los vientos, tampoco el más fuerte de los dragones. No tengo la frialdad de los glaciares ni el genio de los deleites de un paraíso.
Mis hielos son infernales como las hojas marchitas en un jardín que es campo de exterminio.
La tierra muerta, el agua envenenada.
La infertilidad de una madre.
Desiertos.
Una vela para regalarte mi corazón y que lo soples.
Serás más de lo mismo que no quieras ser.
Con la partida de cada espíritu seremos un poco menos.
Ser es bueno...
...no es importante sin serte.
Cuando vuelva a nacer, tenme en tus brazos.
No serás lo que eras, no estarás a solas.
(no seré el del principio)
...al abrir mis ojos; estaré abriendo los tuyos.

1.7.06

hiroshima

Contener la furia.
(tic toc)
...este no es un poema a una abuela fallecida.
Un intento de cuchillo con colmillos gastados, ofrece las mismas virtudes que uno con lengua. ¿Por qué habría de cortarme la mano izquierda a la altura de la muñeca?; porque la mano izquierda me es inútil.
El capítulo que aquí se omite no es el que a continuación se contempla...
(el que sigue estará ausente en otra obra)
[llámalo el milagro de las discordancias autoritarias; esto último atendiendo a la palabra “autor”]
En un crisantemo se halla el blanco misterio de la sangre. En las clavijas de tu cuerpo, aquello que nos transforma en arte e instrumento, puede desgranarnos hasta dejar de nosotros sólo el humeante silbido de una ferocidad que penetra el frío y corrompe el territorio sagrado del espíritu.
A veces y sólo a veces, llueve horizontalmente al ras del suelo.
A veces y sólo a veces, gentes tiritan y caen.
Una ráfaga de escombros humanos, una fosa y algo que se deja escapar, que no es miedo.
¿Cuántas ventanas he de cerrar para no ver entrar la luz de tus soles en mis crisantemos?.
De haber aserrado bien, no estaría escribiendo...
(después de todo la dichosa mano no es tan inútil)
Y antes que el pulgar salte de su lugar propicio, volvemos con la programación actual...
[no te desorientes; no pierdas la calma]
Con tener la furia a una milésima de distancia fuera de la piel -síndrome del dinamitero- le hubiese arrancado la espina. Lo increíblemente rudimentario de toda esta hábil herramienta, no es el retraso de la pérdida, sino esa vocecita que un día antes se escuchó cerca de mi oído derecho.
De esas voces de timbre liviano y claro, un poco de distorsionada, pero audible. De esas voces que uno ya conoce.
La escuché...
Estás vestido para tu funeral; espero que puedas estar ahí...
Si te dijera que fue un diálogo mentiría.
No te diré quién le dijo qué a quién.
(algún día nos veremos a los ojos; pero no será la primera vez que hayamos estado juntos)
La boca de mis costillas vomita un eco aterido, mi corazón de vinchucas no late... tic toc.
Un hombre alcanza para desencadenar demonios.
No alcanzan demonios para encadenar a un hombre que dejó de serlo.
(tic, toc...)
En los aquelarres, esos que la luna elige por completo nueva, el cielo verá a la tierra convertirse en fuego.
Mon amour;
ruega por las almas que has de tomar y que la paz sea contigo cuando tu derredor enceguezca.
(tic, toc…)
…todos somos bombas.

coplita urbana

la chica cereza se pasea por las cornisas como quien anda blandiendo sombrillas para dejar a la vista los destellos que se encienden en el interior de todo aquél a merced de su nombre.
ella sabe cómo te llamas...
la chica cereza tiene su habitación hecha un desorden.
Es que si no, no habría caos y el mundo colapsaría, dice remediando el entrecejo de quien desordena sus razones y una vez hecho esto, le agradece por contribuir a mantener el balance.
no es todo tan finito como lo pintan.
los gordos son gordos, y serán gordos. (pero nada ni nadie es absoluto)
aplícase el absoluto a los que fueron alguna vez.
la chica cereza es una prodigio. canta en lenguas muertas y no nacidas, en su cabeza yacen los pensamientos de todos nosotros, los olvidos, los amores, los miedos, los sexos, los males, todo; tú sólo nómbralo...
es por eso que nos observa y juega en el doble filo de las cornisas.
Ay, mi pelirroja cholita con corazón de palta...
deshójase con espartana terneza.
la chica cereza tiene un hueso al que resopla hasta hacerlo aullar.
(un corazón de pétalos atorado en su garganta)
¿A dónde vas cuando te has llegado de donde viniste para irte hasta aquí?...
[que no te sorprenda si urgida pide la hora y se sienta a esperar con una sombrilla sobre su hombro]
la chica cereza tiene poco tiempo...