22.8.07

iris cuadrado

De l´homme a la terre d´une délicate et pierreuse femme d´iris carrés.
La umbría de ríos diez veces siete la cordura necesaria para no amarla y una sola para perderla... ella.
Funámbula en las manos ingrávidas sobre el sexo que no es su sexo, en una piel humeante que evita la pestilencia del hombre muerto; el mismo que mata luego de hacerlo perecer en sus senos.
(tirar de la cuerda y ahorcarse a uno mismo)
Dulce de manzana en las falanges y las comisuras... ¿los lames o dejas que los laman?.
Resísteme.
¿Qué diablos es una cuadratura en círculos?.
La cualidad de lo falible. Ser capaces del otro, sin paz.
Iluminada, sus pezones obsidianos destilaban la esencia de un oscuro abismo, un agujero negro, el nutriente interior de las sombras.
No tengo miedo.
No en la tibieza de sus muslos.
Se está quebrando el loto de las mil piedras; ese cual corazón que, sin pétalos, llora.
En la guadaña de la propia carne... porque la carne corta.
Y caen los besos.
Los recogerá una primavera o andarán bordados al empeine de pasos perdidos a voluntad.
¿Qué importa en tanto estén al lado de tus pasos?.
¿Y qué si los pasos son dados con las puntas de mis dedos?.
Por cuanto tu ombligo derroche el fruto que en tu sonrisa se sostiene, prendaré las pasiones, pospondré la ternura, la iniciación de los requiebros, hasta serte intangible.
Permanecerás abierta como el loto de la primera floración en un gibraltar.
No es, no fue y no será.
No sé, no sé, no sé.
En el remanso de tus ojos, queda la forma irresoluble de arrastrar a un hombre hasta la tierra cubierta de los pétalos sobre los que te alzas en puntas de pies... desnudas hojas sobre los pasos detenidos, encontrados, de ambas manos sosteniendo el amor de un amor que se sacrifica, fruto de las heridas, sin ser cazador y mordida.
Muéreme para que sea más fácil creer que no fue más que un sueño.
Entiérrame para al menos sentirte enraizar en los capullos de mis lotos guijarros.
No mires, en lo profundo de mis iris niebla... séme.
Sé.