Su tobillo en diapasón de luz caminaba con puntadas
[robo - persecución]
Unforgettable.
Y el “sí” de su cabellera.
¿Por qué la vida por sobre cualquier otra cosa, a veces importa tan poco?.
Rechina.
Pero es la forma en que de reojo su mirada piensa lo que escribo cuando, entre garabatos movidos, niega haberlo hecho; pero sonríe.
No hay ingenieros para trazar los senderos del alma.
Escribo guiado por la noche dentro de ella.
[y oigo los pasos de sus tobillos]
Su mano medita tan-tán la silueta de la sombra y el cantar; pecho flamenco, mano meditabunda y mis dedos...
Debe detenerse.
[inspira]
[respira]
[susurra]
y no digo; tacho lo que me disgusta.
(sigo tachando)
Faraónica sobre su vientre, el cielo sin estrellas la devuelve al reparo de su respiración profunda y preguntona: ¿Qué es lo que escribe?.
Mercedes hace cuna del remanso que abraza el agua tierna de una boca.
[piano]
[espía a las nueve en punto]
Reclinada en el neón permanece henchida.
¿Qué amante llegará a comprenderla?
[cada día mis palabras salen más toscas; torpes son desde antes]
Recoge su bostezo a cinco dedos y una lluvia que sólo cae al frente de mis ojos.
Cuando la inspiración cae, hace ruido y deja borrones.
...lo que es a la punta de una aguja con tinta para un crudo de carne pequeña y vivaracha sin masticar, pero atragantada en el esófago... ¿cuál era la frase?.
[y hacer una lista absurda, entretenida y no menos distractora]
Rescribir viaje con morocha (tomar en cuenta para el color del cabello que estaba oscuro); cuento concurso cubito sopa (espantar engendros de mosquita) usar notas tomadas; advertising torso; rebanar la nuca por entre la primer y segunda vértebra; despuntar un ojo (el derecho); pelar la etiqueta del frasquito de veneno para el aderezo; dejar de hacer estos bosquejos como si tuviesen un sentido y que parezca a la mirada de la chica del mate, la tal Valeria de remera roja y anular contraído (en matrimonio), algo ocupado.
[para arrancar tres hojas por capítulo de una pulgada cuadrada de tu piel]
“Sí lo agarra lo mata.” Sobrentendido que se habla de un hombre para con otro... ¿por qué se sobreentiende?.
Dos mil cien horas para desplazar una constelación; tres millones de toneladas de agua para albergar vida en una pecera; un parásito para dejar ciego de por vida a quien deambula desprovisto de luz alguna; un juguete pobre para un niño pobre y bullicio de sonrisas... ¿Qué había en la bolsa?... (tal vez su vida) ...presentes.
Su reflejo, al del otro lado de la ventanilla me pide permiso.
[los dientes de las hojas cortadas mordisquean las costuras de tus envolturas]
Sorber y soñar ofrece contrastes ideales para el pasajero frecuente; tanto como hallar unos labios húmedos en un pétalo de flor.
A veces y sólo a veces, el hombre no tiene espacios suficientes para escribir. Cuando eso ocurre los- -
[hasta aquí las dimensiones de tus tres hojas de pulgada cuadrada de piel]
No te quejes.
[es mucho mejor que una pulga en un asiento sucio, alimentándose del tobillo insonoro de un musical hueco que aloja tintas con inservible estanco, rothschildescos delirios de grandeza y alitas de ganso]
[sí; el ganso muerto y con nombre de araña con investidura]
¿Largo como un sin fin de principios sin nudos?.
Que no necesites nunca que te haga alguien el favor de acorbatarte con cuarto menguante.
[esos dos cuernitos son de temer]
Cuando bajes de la habitación, no mires a la mujer, desciende con cuidado y, si los ojos rojos se mantienen cerrados, no - mires - a los de la mujer... resiste o devorará el luto de tus pasos.
[que tanto se tarda una esquina en desdoblarse de tráfico]
[encrucijadas]
[el fantasma de una métrica sistemática e hilos telegráficos]
Se la distingue mejor en ausencia de uno -apagada- como una niebla que nos embebe y se embriaga de nosotros.
En el rodado puntillismo de sus talones flotando, los dejó -puntos suspensivos-
[parados]
[robo - persecución]
Unforgettable.
Y el “sí” de su cabellera.
¿Por qué la vida por sobre cualquier otra cosa, a veces importa tan poco?.
Rechina.
Pero es la forma en que de reojo su mirada piensa lo que escribo cuando, entre garabatos movidos, niega haberlo hecho; pero sonríe.
No hay ingenieros para trazar los senderos del alma.
Escribo guiado por la noche dentro de ella.
[y oigo los pasos de sus tobillos]
Su mano medita tan-tán la silueta de la sombra y el cantar; pecho flamenco, mano meditabunda y mis dedos...
Debe detenerse.
[inspira]
[respira]
[susurra]
y no digo; tacho lo que me disgusta.
(sigo tachando)
Faraónica sobre su vientre, el cielo sin estrellas la devuelve al reparo de su respiración profunda y preguntona: ¿Qué es lo que escribe?.
Mercedes hace cuna del remanso que abraza el agua tierna de una boca.
[piano]
[espía a las nueve en punto]
Reclinada en el neón permanece henchida.
¿Qué amante llegará a comprenderla?
[cada día mis palabras salen más toscas; torpes son desde antes]
Recoge su bostezo a cinco dedos y una lluvia que sólo cae al frente de mis ojos.
Cuando la inspiración cae, hace ruido y deja borrones.
...lo que es a la punta de una aguja con tinta para un crudo de carne pequeña y vivaracha sin masticar, pero atragantada en el esófago... ¿cuál era la frase?.
[y hacer una lista absurda, entretenida y no menos distractora]
Rescribir viaje con morocha (tomar en cuenta para el color del cabello que estaba oscuro); cuento concurso cubito sopa (espantar engendros de mosquita) usar notas tomadas; advertising torso; rebanar la nuca por entre la primer y segunda vértebra; despuntar un ojo (el derecho); pelar la etiqueta del frasquito de veneno para el aderezo; dejar de hacer estos bosquejos como si tuviesen un sentido y que parezca a la mirada de la chica del mate, la tal Valeria de remera roja y anular contraído (en matrimonio), algo ocupado.
[para arrancar tres hojas por capítulo de una pulgada cuadrada de tu piel]
“Sí lo agarra lo mata.” Sobrentendido que se habla de un hombre para con otro... ¿por qué se sobreentiende?.
Dos mil cien horas para desplazar una constelación; tres millones de toneladas de agua para albergar vida en una pecera; un parásito para dejar ciego de por vida a quien deambula desprovisto de luz alguna; un juguete pobre para un niño pobre y bullicio de sonrisas... ¿Qué había en la bolsa?... (tal vez su vida) ...presentes.
Su reflejo, al del otro lado de la ventanilla me pide permiso.
[los dientes de las hojas cortadas mordisquean las costuras de tus envolturas]
Sorber y soñar ofrece contrastes ideales para el pasajero frecuente; tanto como hallar unos labios húmedos en un pétalo de flor.
A veces y sólo a veces, el hombre no tiene espacios suficientes para escribir. Cuando eso ocurre los- -
[hasta aquí las dimensiones de tus tres hojas de pulgada cuadrada de piel]
No te quejes.
[es mucho mejor que una pulga en un asiento sucio, alimentándose del tobillo insonoro de un musical hueco que aloja tintas con inservible estanco, rothschildescos delirios de grandeza y alitas de ganso]
[sí; el ganso muerto y con nombre de araña con investidura]
¿Largo como un sin fin de principios sin nudos?.
Que no necesites nunca que te haga alguien el favor de acorbatarte con cuarto menguante.
[esos dos cuernitos son de temer]
Cuando bajes de la habitación, no mires a la mujer, desciende con cuidado y, si los ojos rojos se mantienen cerrados, no - mires - a los de la mujer... resiste o devorará el luto de tus pasos.
[que tanto se tarda una esquina en desdoblarse de tráfico]
[encrucijadas]
[el fantasma de una métrica sistemática e hilos telegráficos]
Se la distingue mejor en ausencia de uno -apagada- como una niebla que nos embebe y se embriaga de nosotros.
En el rodado puntillismo de sus talones flotando, los dejó -puntos suspensivos-
[parados]