Comme alternadas capitales minúsculas y pronouncing exquisite, no se piense en C (sí) H (aidj) G (grace, greis, grass, gars... ¡GRIS!).
Puvemosí´maginar la pena oscura de cordel que llevan como prenda those who vennos cual pajaritos.
But (si dijese "culo" habrían pensado en fortuna y nada peor hay, que creer que lo azaroso y el trasero, tienen aptitudes para perificar las ideas, especialmente cuando se trata de prognatos o dioses arameos) la vera veritá es silvio (oltra, oultra, ostra, outra... ¡Uds. mintienden!; si nomintienden, mientanmé con sabor a menta, pero no minen con su juicio las razones de un silvio).
Que cuando dije -donde no digo- A tout a l´heur!, lo senté con pelos y señales, con título y todo.
Discrepar al leer es como escuchar un tango, un continuo copy paste del crear y el procesador de texto versión nueve punto cero punto dos ocho uno dos, pero para los dedos non es lo mesmo... extrañan al Word Star y al callito.
Parecerá raro, pero cuando los pongo dentro de un vaso lleno de vino, se calman a costa de empuñar barbaridades contra el troquelado, la tarjetería española y las maquetas, especialmente las de barcos adentro de botellas.
Al ritmo de tan versátiles coreutas, pasan al membrafónico ensamble de dar cabezazos contra la mesa hasta roncarse. Tras respirar profundo, ahí -entre moretones, vestigios de maldecires y ronroneos, exhalación- en ese posterior aliento es cuando los mojo en tintas y les ayudo a escribir como si no supieran; muy lento y con trazos finos, para no despertarlos.
Hay que entender que, no son más ebrios que un niño.
Y por mi nombre que quien infiera un idilio entreverado con parnasos, se las verá de agujetas con cuerda de violín trenzando sus labios antes de sonar las últimas notas y que la música toda de ese cuerpo, se rompa.
Toca despacio tus palabras cuando el agua esté más blanda que de costumbre... los cómos del silencio acechan al arponeo de pisadas débiles.
Vuelve cuando quieras, pero no me esperes.
Mis razones (una señorita inglesa molto sensitivista y de raíces enlazadas con el vestir de su piel) son estás y aquellas.
Mine heart is un petit peu kind of tired und refritao de paciencia. Escriver viá escriver mais con uma perspectiva egoishta para algunos, moishe para otros y para los más, o menos -eso no lo calculé- con floreado amansar de solitud (síndrome de la isla desierta). Que al final no hay ninguna; incluso una muy pequeña perdida en el pacífico, tiene pista de aterrizaje propia, yo lo he visto, desde arriba (apuntando con el dedo índice y estirando bien el brazo hacia el cielo). Podría haber apuntado a tu ombligo, claro, pero entonces hubiese tenido que elaborar la cardinalidad de sus puntos reflejados hacia adentro, absorbiendo todo registro geográfico en sus endiduras y contracciones, en la huella de un dedo, de ese índice, que lo recorre a medida que se pierde adentro.
Voltereta a las fuentes...
La mía, y la de ir por los cielos de un ombligo.
Puvemosí´maginar la pena oscura de cordel que llevan como prenda those who vennos cual pajaritos.
But (si dijese "culo" habrían pensado en fortuna y nada peor hay, que creer que lo azaroso y el trasero, tienen aptitudes para perificar las ideas, especialmente cuando se trata de prognatos o dioses arameos) la vera veritá es silvio (oltra, oultra, ostra, outra... ¡Uds. mintienden!; si nomintienden, mientanmé con sabor a menta, pero no minen con su juicio las razones de un silvio).
Que cuando dije -donde no digo- A tout a l´heur!, lo senté con pelos y señales, con título y todo.
Discrepar al leer es como escuchar un tango, un continuo copy paste del crear y el procesador de texto versión nueve punto cero punto dos ocho uno dos, pero para los dedos non es lo mesmo... extrañan al Word Star y al callito.
Parecerá raro, pero cuando los pongo dentro de un vaso lleno de vino, se calman a costa de empuñar barbaridades contra el troquelado, la tarjetería española y las maquetas, especialmente las de barcos adentro de botellas.
Al ritmo de tan versátiles coreutas, pasan al membrafónico ensamble de dar cabezazos contra la mesa hasta roncarse. Tras respirar profundo, ahí -entre moretones, vestigios de maldecires y ronroneos, exhalación- en ese posterior aliento es cuando los mojo en tintas y les ayudo a escribir como si no supieran; muy lento y con trazos finos, para no despertarlos.
Hay que entender que, no son más ebrios que un niño.
Y por mi nombre que quien infiera un idilio entreverado con parnasos, se las verá de agujetas con cuerda de violín trenzando sus labios antes de sonar las últimas notas y que la música toda de ese cuerpo, se rompa.
Toca despacio tus palabras cuando el agua esté más blanda que de costumbre... los cómos del silencio acechan al arponeo de pisadas débiles.
Vuelve cuando quieras, pero no me esperes.
Mis razones (una señorita inglesa molto sensitivista y de raíces enlazadas con el vestir de su piel) son estás y aquellas.
Mine heart is un petit peu kind of tired und refritao de paciencia. Escriver viá escriver mais con uma perspectiva egoishta para algunos, moishe para otros y para los más, o menos -eso no lo calculé- con floreado amansar de solitud (síndrome de la isla desierta). Que al final no hay ninguna; incluso una muy pequeña perdida en el pacífico, tiene pista de aterrizaje propia, yo lo he visto, desde arriba (apuntando con el dedo índice y estirando bien el brazo hacia el cielo). Podría haber apuntado a tu ombligo, claro, pero entonces hubiese tenido que elaborar la cardinalidad de sus puntos reflejados hacia adentro, absorbiendo todo registro geográfico en sus endiduras y contracciones, en la huella de un dedo, de ese índice, que lo recorre a medida que se pierde adentro.
Voltereta a las fuentes...
La mía, y la de ir por los cielos de un ombligo.