19.2.07

cohrda arcanus corde

para Tyria (grazie per la traduzione)

...fiorirá dalle cenere come un uomo, con un bacio che porterá l'umiditá delle labbre e fiorirá interamente donna, colei che lo fará diventare fuoco per extinguersi assieme.
I fari del cosmos reveleranno allora -in un scintillare- la creazione oltre gli atti, del desiderio, delle parole, del concepibile.
La nebbia e il sonno...
[cenere di acqua e...]
Il genetista di libri

...y su cabello dormido entre las letras.

Enfrentado a las fauces de un animal inmóvil que parece deglutir todo aquello capaz de contener luz, la idea de ser devorado le atraía.
No estaba muy seguro del cómo, pero sabía sin duda alguna que lo había encontrado ya que, ¿cuántas personas pueden ser capaces de estar leyendo en completa oscuridad?... era un hecho; estaba perdido.
Sólo al leer las palabras, el túnel surgirá; será tu destreza la que te permita encontrar la entrada. A partir de allí... no habrá salida.
La extensión del túnel no debes medirla en distancia, sino en tiempo. Al comprender esto, una parte del recorrido no la haces tú, sino el propio túnel.
Aquellas notas carecían de sentido y sí, carecían del alma que las había impregnado, la vida que alguna vez sostuvo una pluma y encendió garabatos prendados a números colgados de nombres, fechas, latitudes, fórmulas.
Cuando cruces el contorno femoral del túnel, hallarás una oscuridad nunca antes vista; te darás cuanta al escucharla.
Y era cierto. Era una umbría absolutamente blanca que podía escucharse respirar.
Es el eco del jardín. Significa que estás cerca. Cuando encuentres las gotas, síguelas, ya que el túnel se ensancha hasta el infinito y no querrás perderte en todo eso.
“Todo eso...” Era la única persona que podía explicarte que no se trataba de la nada, de un vacío y, sin embargo, estaba ausente.
La gotas brotaban del suelo y en el mismo lugar donde surgían ya esparcidas, se iban contrayendo hasta absorberse a sí mismas. Ante el temor de hundirse en una de ellas, las fue flanqueando sin distraer su marcha.
Recuerda; el paso está donde quieras darlo. Los obstáculos no avanzan ni retroceden; permanecen en su sitio.
Un callejón sin salida. Un condenado recorrido cerrado, con un final. Alguien había sellado el maldito túnel... o no.
La respiración era más clara.
Acercó la palma de su mano hasta ese bloque que interrumpía el camino, y la posó. La respiración se alteró levemente, pero la superficie de aquello se erizó al punto que sintió como si largos cabellos rozaran parte de su brazo el cual quitó albergado por tan inmaculado susto.
No sabía si continuar, ya que desconocía cómo hacerlo. Tampoco podía volver; al mirar atrás... no lo había.
Finalmente cerró los ojos, inspiró profundamente y, volviendo a posar su mano en aquello; pidió permiso...
Una cálida luz comenzó a abrirse verticalmente hacia los lados mientras la respiración se convertía en un doble movimiento de danza.
Un pequeño hall de mármol apareció justo cuando comenzó a sentir que aquello lo rodeaba por las espaldas, empujándolo hacia adentro. Se resistió. Las rastras fueron más fuertes.
El ancho de las fauces en las que se adentró y había estado circulando, no parecía tan grande tomando en cuenta a aquellos dos seres tanto más blancos que el interior de las entrañas del propio túnel.
Ninguno tenía ojos, pero se sabía meticulosamente observado por ellos.

Ustedes irradiaban esa oscuridad, ¿no es cierto?.

¿Qué podía no resultarle extraño a este hombre?. Había amado, y eso no era todo.
¿Qué hay más infrecuente, inconstante, asombroso, inexplicable e impredecible que el amor?.
Que había sido amado; que ella lo amó.
¿Te preguntaste alguna vez si hubieses sentido lo mismo por mi, de haber sido un hombre?. Porque ten por seguro que hubiese ido a conquistarte y lo hubiese hecho.
Él asentía cada vez que leía esa pregunta. Hubiese cedido a ese encanto autoritario.
Por otra parte, de haber sido tú una mujer; me hubiese rendido a ti. Imaginarte con curvas y un sexo trazado a mi imagen y semejanza, esos mismos labios... sí; te hubiese amado con besos y asfixia también.
Ella había aprendido a conocer el lado femenino de su amante y él, no tenía inconvenientes con eso.
La noche que usaste el vestido de terracota marroquí, supe que estaría a tu lado.
Una romántica velada en la terraza, lluvias torrenciales, ropa mojada, caprichos y sólo ropa de mujer para vestir mientras la propia se secaba.
El vestido ajustado a tu cuerpo... disfruté mucho bailar y escurrir mis manos entre tus faldas.
Contuvo la respiración para transcribir ese momento en su memoria.
Estaban en la cocina. Ella tenía el cabello húmedo, las copas guardaban todavía un poco de vino y lluvia.
Ella tenía ropa más acorde para prestarle, pero eso él no lo sabía.
El ridículo no es una opción, sino una postura frente a la vida. Cuando me lo dijiste no pude prestar mucha atención en el momento... No puedes decirle eso a alguien y besarlo tan apaciblemente...
La memoria es un ser vivo.
«¡Por aquí!», exclamó una voz. ¿Cuánto hacía que no hablaba más que consigo mismo y sus pensamientos?.
(claro -racionalizó cerrando el cuaderno y sonriendo- le habían hablado a él que aún no había emitido sonido alguno)
[eva]

Ve hacia dónde mira tu nariz...

El increscendo de las partituras carmesíes que esa figurilla recortada dentro de las mismas sombras enunciaba, gestionaron una respuesta motriz y mecánica en el inesperado visitante que...
Al ver sus ojos pudo ver los de ella mientras los propios se imbuían de una honda carencia, de un amor interrumpido. Quienes lo saben, al escribir sollozan y dejan caer sobre las tintas esas pequeñas semillas de dolor e impotencia.
Cuando la tristeza te abarca, no hay océanos suficientes ni lluvias para esconder tus lágrimas... no te ocultes, aunque sea tu última hora, no me dejes de decir lo que sientes, no me dejes caer en el solitario de mis abismos... llora conmigo; déjame saberte en un abrazo conmigo... y llévame hasta que puedas transformar ese sufrimiento en amor nuevamente...
Se incorporó sobre sí mismo, gacho y mordiendo un pensamiento egoísta; “¿Y qué te hace pensar que una parte mía no morirá contigo?, ¿por qué lo haces?, ¿por qué?...” y al alzar la vista a la diminuta persona a lo alto del otro extremo de la escalera, el especio pareció reducirse hasta una abreviada fracción de tiempo agusanado. Ninguno se movió. Cada uno esperaba. La temperatura descendía.
«¡Basta!», gritó la vocecilla temblando ante la furia desatada contra los temores que el hombre contenía dentro de la piedra oscura de sus pupilas.
Cuando te dejas dominar por la incertidumbre y el terror, la frustración enceguece la sangre, la corrompe; la violenta.
«Si quieres irte, no tienes más que pedirlo. Si no, ya sabes qué hacer...» y dando un giro, la pequeña criatura pareció fundirse con la nada hasta desaparecerse.

El tonto más grande de las entrañas de la tierra está vivo, titulaba con su silencio mientras intentaba recobrarse a golpes de puño sobre el primero de los peldaños de la escalinata.
Aquello no podía creer lo que veía con su solo y gran párpado abierto. El escalón estaba hecho añicos y su aniquilador en cuclillas, destilaba por sobre su lomo empinado, un espeso y vaporoso veneno tan caliente que abría surcos en su espalda antes de hacerse niebla y enterrarse en las heridas para cicatrizarlas.
Erguido por segunda vez, con los brazos a un lado y el rostro renegrido por los nudos del veneno, salteó el escalón molido y emprendió el ascenso...
El primer intento fue un fracaso.
Al llegar al final del recorrido, estaba de nuevo donde lo había iniciado.
Dos, tres, cinco, siete... lo mismo acaecía cada vez que repetía la marcha.
Sus puños estaban otra vez cerrados, pero manteniendo los brazos a los lados, colgantes.
¿Cómo sueles ver un problema cuándo lo tienes delante?...
Dieciseis... sentose en el segundo escalón para reconsiderar sus opciones; si seguir subiendo, o seguir bajando. Sus manos estaban abiertas de par en par... y se reía.
El inmenso párpado con cuencas de aquello, lo observaba acongojado.
Desesperar para remediar premedita al tropiezo.
Ya no era él quien andaba sino su impulso lento, terco e incorregible. Por trigésima vez estaba a punto de dar el último paso y... no tuvo más fuerzas para darlo. Estaba cansado, vencido.
Dio un cuarto de vuelta sobre su eje. El párpado se abrió sobresaltado viéndolo avanzar hacia uno de los lados de la escalera al tiempo que se inclinaba su caminata por la inercia de la pendiente y- -
Ten cuidado con el último escalón...
Sabía que había caído... ¿o no?. Volteó y tras de sí estaba la escalera y aquello, que parecía sonreírle desde abajo.
«Vamos, levántate.» Sintió como si una manecita tomara la suya lastimada por los embates, y le ayudara a incorporarse. «Por aquí...»
Al desanublar su vista creyó que la había perdido por completo.
Innumerables pasillos con estanterías llenas de libros. Podía no sólo verlos, sino tocarlos. Eran cientos, miles.
«Son todos los que ha habido, los que hay y los que habrán de ser en todas sus formas y lenguas.»
En ese instante reparó que la voz oculta era la de la pequeña figura y, más aún, que hablaba su lengua.
«Bien, me voy a jugar. Cuando quieres, eres aburrido», sentenció haciéndole escuchar el correr de sus pasos hasta adormecerlos con el eco.
Trató de dar con ellos transitando los pasillos de un lado a otro; pero se supo solo.
Resignado, decidió recorrer los pasajes de... sí, no cabían dudas; era una biblioteca. ¿Allí?. ¿Y por qué no?. No tenía idea dónde era allí después de todo.
Libros, incontables volúmenes, elevábanse en una ascensión infinita. No parecían estar dispuestos en orden alguno, pero sugerían sí un patrón que alguien había determinado.
Sabía que estaba cerca de él.
Entonces, comenzó a escalar uno de esos muros de papel. Una vez arriba, observó a su alrededor. Buscó dónde el ocaso de las farolas.


Ahora deja que te lleve. Tiende tu corazón y duerme...
Las páginas parecieron dirigirlo. Allí estaba el gran arco.
[in memoriam]
El jardín; y él...

Usted... balbuceó viendo con las luces que salían de la biblioteca, el envejecido cuerpo de un pescador a la vera de un lago.
"Yo..." respondió el pescador como si se tratase de un juego mientras levemente movía su caña para atraer la atención con el sedal que pendía de la punta.
Usted es... en ese momento el hombre mayor le hizo callar tensando la caña con fuerza hacia atrás, obligando a una hermosa mujer enteramente hecha de energía, centellear por los aires. Invitada a surgir y levitar del agua contorsionándose, salpicando luz para la alegría del viejo, al ver el asombro boquiabierto del recién llegado, la ninfa estalló sobresaltada en cientos de indómitas esporas brillantes que se dispersaron asincrónicamente por los alrededores... una, revoloteó hasta el hombro izquierdo del muchacho y se quedó allí titilando acurrucada.
"Ellas son las únicas que te permitirán ver el jardín de momento", afirmó el anciano ya de pie, aprobando al joven con el rostro ajado, unos espejuelos opacos y una sonrisa de oreja a oreja.
"Bienvenido..."
[in rerum natura]
Al irse apagando con la distancia, con excepción de la que permanecía acomodada en su hombro, el jardín se le hizo invisible. Apenas y logró alcanzar divisar una foresta en los contornos del lago donde la ilusoria idea de una manada de lobos limpiando el sabor de la sangre luego de una cacería por un segundo pareció disimuladamente hacer vista en él... apenas y creyó ver un árbol con miles de ojos que lo miraban entre bigotes... apenas y le pareció ver elefantes de orejas cortas colgando como frutos ungulados, de otro gigantesco y frondoso árbol grisáceo con piel rugosa entre alpinas violetas de aguas medias y olvidadizas, con sinuosos rebordes de dedos en actitud de rascado y rizos... apenas y vio el aullido de uno de los lobos que se levantaba del resto presentando una morfología tan humana que lo único diferente a nosotros, era el largo de la cola... apenas y podía ver la palma de su mano en esa maraña de tinieblas.
Fue entonces cuando sintió un brusco empellón contra una de sus piernas continuado por un onomatopéyico desliz con resbalón en reversa y encandilado aquejo producto de la peripecia fallida.
«¡Aitite!, ¡Miña dut!, ¡Aitite!...» cual médico brujo se fue acercando tranquilo dando saltitos hasta la dolorida voz mientras recitaba un consuelo con entredichos de coplita y un regaño hecho de esas lógicas que acortan las brechas entre lo que no tiene edad y a quienes la edad, no les interesa.
“Pero mira, miradita entrante de coroides... ¿Cómo no ibas a toparte y caer, yendo a toda prisa con los ojitos cerrados?..." la criatura murmuraba y el entorno de alguna forma, no fingía al unirse a su sensación de malestar y fango cenagoso... “Bueno, bueno, ya, tómalo con calma... a ver... déjame ver... ahh, sí, es el codo... un raspón... el abuelo puede curar eso... ¿dónde lo dejé?...” hurgando en su bolsillo... “Aquí está... pasamos el hilo por aquí, hacemos un cruce por acá y... ¡Listo!... el hilo permanece sin ningún nudo, ¿sabes por qué?...” esperando, ante los globos palidecidos de angustia , la respuesta.
«¡Porque es mágico!.» sacudió la vocecita con un estruendo rozagante que hizo mover las copas de los árboles cercanos.
“Ahora seca tus lágrimas.” (el hombre no pudo observar cómo el rostro de la vocecita se turbaba de rabia ante tal desplante delante de un extraño) “Vamos, sigue jugando y cierra sólo uno de tus ojos, ¿de acuerdo?.”
«¡Sí!.»
clamó sonriente antes de confabular una pausa y... «¡Eres aburrido!.» El hombre supo que la crítica era para él y, por si fuera poco, que acababan de sacarle la lengua. El ruido que provocado al soplar con la misma entre los dientes delató la maniobra de la vocecilla antes de enmudecer y lo que acabó por esclarecer ese pequeño suceso que no había pasado ante los ojos del visitante... o sí...
“”¡Pero qué groserías son esas!...” retó el abuelo singularmente para luego suspirar con un alivio de alondras... “Es encantador ver a los niños jugar.” Aseguró el viejo ya a las espaldas del muchacho quién se exaltó al no percatarse de sus movimientos.
“Ven, te apetecería un poco de té. Vamos, seguramente has tenido un largo viaje y te sentará bien descansar.”
Y abriendo una pequeña puerta justo debajo del gigantesco arco, el viejo esperaba a su invitado cediéndole el derecho a ingresar. Una esfumada luminiscencia se asomaba por la arcada de la portezuela abierta.
El cocuyo zigzagueó llevándose consigo, entre sus patitas, una hebra tierna de aquel hombro anidado.
Al acercarse creyó sentir la tibieza de un sol sobre su espalda...
¿Entonces hay más niños?...
[interrogantes]

Unas pequeñas velas señalaban el camino tenuemente. Más lo hacía el aroma cascarudo desprendido de una cocina sin ventanas y con una pequeña estufa de hierro. La mesa, bastante más baja que lo usual, brotaba del mismo suelo pétreo. Se notaba al tacto que el ambiente sumergido había sido tallado y esculpido a mano.
Las sillas habían sido reemplazadas por finos almohadones y el aire que se respiraba, era refrescante.
“Por favor, toma asiento.”
Luego de lavarse las manos con un agua perlada de escamas turbias, con sumo cuidado el anciano sirvió cuatro tazas de té.
Antes de permitirle sentar, el invitado abrió su boca acercándose intempestivamente sobre el viejo para increparle sus razones, sus saberes, sus dudas; pero se detuvo ante la parálisis del otro quien, ladeando un poco su cabeza se le quedó estudiándolo... estuvieron así quince minutos.
El muchacho bajó la cabeza, se volvió a su asiento y se disculpó.
“No te preocupes. Tus inquietudes son auténticas... tienes contradicciones, pero equilibras tu orgullo y dignidad... lo intentas... intentas asimilar estos números que te resultan extraordinarios... buscas la elocuencia de esta matriz que excede toda interpretación posible y quisieras llamar milagro... pero no puedes... en cierta forma, no te es más que algo sumamente familiar y propio de tu propia esencia... prueba un poco de estas galletas con tu té, te encantaran.” Al vejete parecía no haberle afectado en lo más mínimo la actitud insolente e inhospitalaria del arrepentido como tampoco la taza sin tránsito en la boca del muchacho al que se le callaron los latidos reduciendo su respiración a un leve agujero negro...

El carcelero del jardín no es otro que uno mismo.

“Hubiese sido una verdadera tragedia sin embargo, el que hubieses interrumpido uno de mis chistes...” agregó con cierta seriedad.
Por alguna razón inconsciente, el disculpado atinó a esbozar una sonrisa cómplice con una sonrisa que a la vez presentía tan ajena, que cualquiera diría entre sonrisas “no conocer su procedencia”, para terminar sonriendo más allá de las paredes de aquella cocina...
“¿Cómo está tu té?.”
El té era espeso, parecía hecho a base de una pasta de menta y hormigas. Sentía como si los insectos mordieran su garganta, pero le apetecía mucho.


¿Cómo describes un sabor que no conoces?.

Ningún beso sabe igual dos veces. Incluso, si provienen de los mismos labios,
dijo con seguridad el muchacho sosteniendo el borde de la taza a la altura de su boca, hablando casi sin abrirla.
El viejo sin mirarlo se sonrió antes dar un sorbo...
¿Cuál es su nombre?, preguntó como dejando esa idea plasmada en la taza que se apoyaba sobre la mesa.
“No lo sé.” Respondió el veterano. “Nunca tuve necesidad de un nombre... es cómo el té que estás bebiendo... no podría decirte su nombre... ´té´ es una simple etiqueta. ´Infusión´ le da un corte demasiado solemne para mi antipatía, sabes.”
No, no lo sé,
rebatió con el ceño y el humor truncado el menor de los dos, haciendo a un lado la taza como desplazando a rastras una ficha que acaba de ser comida en el ajedrez y echándose hacia atrás con el cuerpo.

No busques la respuesta afuera sin buscarla antes dentro.
...¡como describir un sabor que no se conoce!.
La pausa mortífera endurecía el brebaje aún más dentro de la taza y en las papilas. La temperatura parecía haber bajado varios grados y el ambiente aislaba a todo vestigio de calor hacer algo para modificarlo.
Sólo eran ellos.
De cara al techo labrado, el muchacho alcanzó a leer en voz alta y de manera entrecortada (leer en esas posturas y con escasa luz no es tarea fácil).
Ro...chas...
“Rojas.” completó el anfitrión. “Rochas Rojas.” y ambos callaron nuevamente...

Una historia cerrada que permanece abierta... es una historia herida.
En aquél entonces él era muy joven para comprenderlo. La odió por no enseñarle cómo traer de la muerte a la vida misma... esa sola vida cuya razón de ser era ella cuando la conoció dando vueltas en aquél carrusel... él tenía los dedos algo torcidos (defecto de nacimiento). A ella nunca le importó y fue la única a la que le perdonó el destajo de recriminarle sus chistes. Reían juntos... Se casaron en mayo y al año llegó el pequeño Nabökodomocalamcalamimessiäh von Mutter... supo en la mirada de su mujer que lo del nombre iba a ser algo que de explicarlo acarrearía emblemáticas circunstancias sobre el jardín y su palabra sellada de mantenerlo vivo en el absoluto silencio... con rostro impasible y repleto de ternura, le sonrió y explicó la genealogía de tan sinfónico denominador para reducirlo con calmo convencimiento a Nabök, quién, por otro lado, descubría ese mundo de gigantes bastante irregular y extraño... su padre sabía que su vástago era ahora una razón ineludible, un vínculo entre este jardín y aquél... Y ciertamente el querubín no era más que una masa de carne con extremidades cortitas... parecía decapitado, no era muy agraciado en el diámetro de sus orejas, su morro mofletudo y regordete... era encantadoramente... feo... daba miedo... “si sólo no fuera a desarrollar las mal--” pero cuando su hijo asió uno de sus temblorosos dedos chuecos, el novel padre pudo apreciar en su totalidad la abstracción del universo y sus claves, concentrados en sus seres amados... al día siguiente con un bellísimo ramo de flores y un caleidoscópico sonajero, una bomba arrasaba el ala de maternidad...
[raíces de destrucción]
Estuvo parado frente a las ruinas incontables días... sobre sus propios escombros... sin poder llorar una sola lágrima... su herencia profanada, sus sueños desangrados... dejó los regalos y desapareció... quiso vengarse, hallar la culpa en otro... accidentar el hecho con la maniobra de un ser capaz de desmembrar la alegría por amor a su raza, a su religión, a la autonomía, al dinero, la libertad, el mercado, el poder... Venganza... engendrar lo que le quitaron...
En algún lugar se había desatado una nueva guerra... el ejercito de un solo hombre contra el mundo, puede ser mucho muy violento... más cuando se busca a la muerte con fervor...
¿Qué poco vale la vida a veces, no?. ¿De que servía vivir por los muertos?.
Su paseo por la desolación dejó desaires y sendas de un horror tanto igual de imaginable como el que aún guardaba en su memoria... su juicio veía el mal... no veía sus actos sino como una fuerza natural... hasta que... si no se hubiese topado con él... maldito... ¿qué hacía dentro de una zanja a las afueras de aquel atolladero humano?...
[ninguna guerra entre los dientes de un niño es buena, jales o no el gatillo]
Tuvo su pequeño cuello entre los guantes y hablando en una atorada lengua impropia... no tenía más que presionar un poco para fracturarlo... un poco más... un poco más... un poco más y... de no haber sido por el llanto de su hermana menor presenciando el acto, llamando al ahorcado por su nombre... en ocasiones el miedo es reflejo de nuestras pasiones... y sí, la escoria de su mente cotejó la posibilidad de hundir a los dos cuerpecitos en la zanja... pero los ojos... la niña... ¿en qué ser te conviertes cuando pierdes al monstruo de tu humanidad?... no era mejor que el “enemigo” de aquella guerra sembrada; era el enemigo... abandonó el estrangulamiento... y se desmoronó... entendió que los niños habían presenciado el asesinato de sus padres, ambos dentro de la zanja... también atisbó que en una fracción, ambos deseaban haber muerto con sus padres...
[las razones de un hombre con mareas asesinas]
El estigma convertido en purga... proteger como no pudo hacerlo con los suyos... ¿Cuánto importa la vida cuando la dedicas a la vida de otro?... él sabía que nada, pero no cedería...
Las jaulas tienen muchas salidas... decidido a regresar y llevar a los niños con él, hizo en el camino una parada hasta dónde una vez su vida había acabado... habían pasado años... pero algo dentro eclipsó su sapiencia... tuvo en espasmo... recobrar a su amada y a su niño... tenía lo que hacía falta... lo tenía consigo desde el fatídico incidente... un anhelo de equilibrio justo, de compensación, se depositaba en su mente... una geometría con un lado equivocado... el margen de lo inexacto con insomnes ansias de resurrección... con el infante de la mano y cargando a la hermana en brazos, regresó por dónde nadie lo vio venir...
[rochas rojas]
Más se acercaba al hogar, más era su desdicha... sabía que ese conocimiento lo superaba... grato su retorno, lleno de recuerdos y dolencias, esperaba una amabilidad que no fue tal... se le explicó que había traído con él motivos suficientes para sanar y emprender un nuevo recorrido, que la vida misma tiene limitaciones que aún pudiéndoselas cruzar, no debe hacerse... pero no tenía interés más que en sí mismo... suplicó desconsoladamente por la solución final... “¿La solución final?; ¿Qué eres tonto o qué?...”
Discutieron largas horas durante épocas... resignación, rencor y escondrijos... trató de ocultarlo hasta que lo encontró intentándolo...
Existen dos clases particulares de demonio. El primero es el que, obtuso, no entra en razones. El segundo es el que le aplica al anterior el correctivo indicado a cómo de lugar...
Las tres patadas en simultáneo que pedagógicamente atizó contra el torso y las costillas, lo remontaron en una elipse poética, al cenit del sufrimiento mismo, el cual despertó a los fantasmas de su pasado; el rostro roto de su mujer protegiendo un bracito desprendido del resto que ya no era un niño...
“¡Eres un imbécil!.” Gritó yendo en su busca para proseguir con el castigo. “Debería darte el consuelo de un vendaje, pero cargarás los espectros de tu ser por ti mismo... a fin de cuentas, no pareces haber aprendido, no has dejado de ser un mocoso irresponsable después de todo... no estás listo... seguro que tu paternidad hubiese fallecido de todas formas.”
Inyectado de enjambres y aguijones, rotó su cuerpo en un revés contestatario; la fuerza del impulso de un deseo, el defender una pérdida, puede lograr lo inimaginable... incluso golpear a una mujer... incluso el quererlo hacer...
Su brazo -a medio camino de dar un puñetazo en la cara- quebrose a la altura del codo al igual que sus piernas...
Ella no sabía pelear... sabía cómo ser un particular demonio de los del segundo tipo.
¿Cómo arremetes contra alguien cuya fuerza y flexibilidad al patear exceden un peso de media tonelada?...
Tuvo tiempo de reflexionar mientras sus huesos sanaban, su carne cicatrizaba y su remordimiento se empecinaba en descifrar un cauce que le permitiera reconciliarse consigo mismo y aquél macabro acto interrumpido. Lapso que sirvió también para aprender la labor que a partir de entonces tendría que desempeñar, profesándole el cuidado necesario y, la cual le brindaría presentes como quien ante él, cautivo de su epopeya (aunque un tanto sumido en el miedo) escuchaba sin pestañear.
“Nunca volvimos a hablar del asunto, pero le guardé muchísimo silencio y rencor... fui un tonto... creo que después de todo, todavía sigo siendo un mocoso malcriado...” sonrío inquietamente con un finísimo pavor, tecleando con sus dedos torcidos sobre el borde de la mesa...
“Me encargué del jardín desde entonces, como también de los niños... Nunca más volvió a hablarme...”
[partida]
Se fue a los pocos días que rompió hasta la ahuecada voluntad de sus huesos y todo vestigio de intento contrario al jardín y sus principios.
Guardiana y fundadora, hizo una travesía diferente a la de él y halló ante sí un mundo algo aberrante del que le habían narrado... esa maravilla entendida como “exterior” le pareció insípida y retrógrada.
Hubiese regresado antes... tenía el mal hábito de andar descalza.... hubiese estado de vuelta mucho más temprano... así él terminó a sus pies... más temprano... desinfectándole una herida provocada por un trozo de vidrio incrustado en su planta; pero lastimada y todo, movía sus deditos alegremente mientras él pedía se quedara quieta ya que dificultaba el curarla... “Pero yo estoy bien.” No dejaba de decirle moviendo sus deditos. “¿Tú no serás un pícaro aprovechador verdad?.” Refunfuñó entre signos de pregunta dando con el pie sano un llamado que resquebrajó el suelo, desequilibrando a su sanador... acto seguido se avergonzó...al momento él la configuró única y hermosa en especie, mientras ella le tarareaba alegremente con los deditos sobre el pecho... había tiempo para volver; pero eso ya no tenía importancia...
Él jamás prestó atención a ciertos descontracturados argumentos de su imaginario. ¿Cómo un biólogo iba a prestarse a elucubraciones botánicas de esa pomposa grandilocuencia e irrectitud?... Jardines colgantes, lagos con mixturas de nenúfares y tortugas con jardines en sus caparazones; todo en un inmenso ecosistema escondido en lo profundo del misterio mismo y que para verlo no alcanza con encontrarlo... ridículo... para colmo de males, se le antojaba gracioso que ella le dijera que era mayor que él.
“La distancia gentil de una melodía que no tiene relojes... eso nos separa.” Y él la miraba con la crudeza de un animal algo tosco que intenta retroceder las agujas con sus garras... al instinto no hay certezas o dudas que lo abrumen... pero si con una u otra lo acorralas; te morderá... ella sabía ser conductriz de las arenas de su instrumento... ella toda era una melodía... una distancia reconciliable entre los puntos de su piel y el aire comprimido al ser acariciada por él... y los displaceres no surgen y aprisionan un amanecer cualquiera... era agosto... ella no... ya no quería... “No quiero que padezcas los venenos que corren por mi sangre.” Pero su sangre ya era veneno... Su relación con la biología provenía ya de niño cuando en el parque de su casa, jugando, tragó por error veneno para caracoles... ¿Algo tan absurdo como que te digan que se es mayor que tú?. Sin embargo él creía que su reloj vital se había detenido a partir de ese momento... ¿Qué importaba en tanto no se perdiera el amor por nutrirse el uno al otro?... ¿en tanto uno no se convirtiera en solo?...
[la claustrofobia inexplicable del desgarramiento]
No tener con quién discutir faltos de seriedad... a quién acercarse con más ropa que un beso... a quién atarle cada aniversario un pañuelo al pie, mientras sus deditos bailan apoyados en el pecho...
Creo que después de todo; sí era más grande que yo... revolviendo la infusión sin cuchara.
Concentrado en las palabras, el viejo pudo transportarse con deleite y tristeza.
Ambos estaban pergeñando el por qué cada uno estaba allí... ella era el nexo.
Abuelito, convocó reverencialmente el muchacho al viejo, cuando escuchó abrirse la puerta de arriba con estrépito seguida de un tropel de pisadas que iban salteando los escalones.
«¡Haaaammmmbreeeee!.»
La refinada vocecita tenía forma al fin; una forma ennegrecida, una cara cubierta de barro, unos ojos negros con auras cristalinas... los mismos ojos que vio cuando la vio a ella en...
Eras tú... arriba y en la... trastabillaba el espectador. El cuerpecito estaba quieto, con la quijada haciendo una trompa anónima y un parpadeo de “no te diré nada” que lo confirmaban.
Un goterón de barro cayó sobre el té que reposaba a la espera de la criatura que allí permanecía como amalgamándose a la mesa, absorbiendo su composición.
Sus manos comenzaban a semejarse en textura a la piedra misma.
“¡Pero mira lo que has hecho!... Vamos, vamos... Ve a darte un baño que te prepararé otro té en una taza limpia... Anda, vamos.” y raudamente, dejando un rastro de huellas frescas, la vocecita, sin quitarle la mirada al joven, se aprestó hasta la escalera y, antes de irse hasta el lago para lavarse, estiró violentamente uno de sus brazos y apuntó con brusquedad su embarrado dedo índice... al instante se horrorizó y una fracción siguiente, esfumose cual rayo...
El rostro del huésped, chorreado de barro. El viejo arrimándole un trapo, reía.
[ofensas]
Luego de limpiar el barro de la mesa -lo que un chapuzón desenjabonado- el invitado posó el libro con suma delicadeza.
“Ay, esta criaturita. Seguramente estaba jugando cerca del laboratorio y los cultivos.” Viendo la cara lavada, pero medio enlodada de asombro, apreció el interés interpuesto a tal afirmación. Al pasar a informar sobre la química de aquél entorno, el muchacho, comenzó a hablar en trance, repitiéndole automáticamente alguna clase de mantra recurrente... una milenaria oración guardada hasta el momento de ser expuesta...
«A ella le gustaba decir que el jardín estaba aquí abajo... que otro tanto más antiguo y elemental sumergido en el útero de las aguas del lago, dormita...» reiteró del mismo modo la vocecita, totalmente bañada y con ínfulas burlonas, en el umbral de la entrada a la cocina, sin zapatos y con esa imperiosa mirada de recelo antes embadurnada de tierra.
“¡Bueno, es suficiente!. ¡Ten un poco de respeto y buenos modales!. Ese comportamiento tuyo no es bueno.”
La figura de ese ser descalzo, inmaduro, con la lengua afuera, generábale una nostalgia que lo corroía.
En tanto el viejo depositaba el té en la mesa y discutía con la vocecita, el joven se desenvolvía hacia arriba.
Disculpen... susurró con monotonía saliendo en la única dirección posible.
La ínfima silueta rellena, atragantó su mofa ante el espanto de verlo acercársele esperando un coscorrón que no tardó en provenir de las anudadas falanges del viejo...
[la cuarta taza, era para darle la bienvenida a ella]

Si intentas saber si estás preparado, aprenderás tarde que eso es lo que menos importa.

A tientas, deambuló a lo largo de la orilla del lago que parecía engullir cada paso dejado atrás. Estar a oscuras no le generaba ya cavilación alguna. No estaba echándose a su suerte, pero tampoco pudo dar más de diez pasos. Algo se resistía a dejarlo avanzar.
Sintió entonces al barro removerse debajo. Lo sintió algo débil, tibio...
Callado recobró el mantra encadenado por su mujer.
Sigue andando, no me esperes ni me busques. No quieras saber tu destino ahogándote dentro del mío. Encuentra el camino y avanza... yo estaré contigo.
Saluda a los niños de mi parte.
Invadido, punzó la blanda superficie con sus nudillos y un gemido hizo estallar el agua que pisaba, provocando una tormenta ingrávida que lo elevó incluso a él de la pegajosa superficie...
Un segundo gemido lo mantuvo estático en ese estado de levitación.
«Abajo!.» gritó la vocecita dando una palmada en la tierra.
La precipitación, algo temperamental y proporcionalmente de espaldas a su axioma, mordían su labio inferior rogando el prólogo de una falacia que le explicara que eso no se suponía aconteciera con tales impedimentos rudimentarios y politeístas... el agua estaba dura y hervía un vapor frío.
«Me dolió sabes...» confesó la voz. «No lo vuelvas a hacer... No somos lobos en un bosque mileto.»
Las lágrimas del joven, tendido y furioso, se mezclaban enmudecidas con la oscuridad.
«Abuelito quiere te lleve... ven.»
Quería que lo dejara en paz, lo cual ante su insistencia no era una opción.
Cruzaban el lago por el camino más corto... a través...
Tendría no más de seis años. De a ratos sentía que estaba tomando su mano y al paso siguiente, que era su muñeca la tomada por esa manecita.
Las aves seguían el andar con su canto.
¿Todo es oscuro aquí?... como indagando sobre una obviedad.
«¿Y qué no es oscuro para ti?.»
La respuesta contenía entre las llaves de pregunta, la incipiente incapacidad de quien, insatisfecho ante tal escollo, opta por la más torpe convicción; si era un mal sueño, quería despertar. Si estaba muriendo, quería morir de una vez.
Un perfume de flores indicaba que estaban prontos al otro lado del lago.
«Bajo el manto boreal, en hielos de diamante negro y un corazón de rochas rojas; allí yace vivo el jardín.» recitaba la infantil voz con la sabiduría de un pequeño demonio habilidoso para el juego y la tortura; algo que él ya conocía.
«Yo, también soy el jardín... ¿entiendes?.» dijo apretándole un poco la muñeca para cerciorarse que estuviese prestándole atención... «No - lo vuelvas - a hacer... la próxima, puede dolerte a ti también...»
Esta idea lo mantuvo distraído en sus pensamientos. Lo suficiente para que tarde diera cuenta que nadie estaba llevándolo de la mano, que estaba inmerso en el bosque del jardín; y que podía verlo o...
[relámpagos en el interior de la cuna]

«No te sueltes o te perderás...»
¿Habría visto realmente entre esos gordos alcanfores con piel de alas de mariposa y lomos de medusas, retoños de grullas y tigres entre flores cubiertas de pelaje y espinas?.
«Cuidado cómo lo miras.» alertó repentinamente la vocecita a modo de faro, cuando el encallado topose de bruces con aquél árbol de mil ojos abordado por una secuencia de intermitentes pestañeos y alaridos que parecían reconocer en la persona del hombre, a un leñador malintencionado.
«Te dije que tuvieras cuidado...» reprendió en voz baja. «Estuvo teniendo pesadillas, pero es un buen árbol... sí, eres un buen árbol.» gravitó seguro y con sigilo calmando el gimoteo.
Estaban por llegar, cuando la vocecita desprendió con una cuasi-inocencia que «El abuelito hace mucho que la dejó de buscar y, aunque hace mucho que está solo, ya sabe que están con él... es aquí.»
Rechinó. Un aliento denso corrió por debajo y unas palabras cargadas de amabilidad se dirigieron a él.
«Yo - no - entro.» confirmó la marcha atrás de la vocecita. «Tú sí.» reconfirmó agitando los brazos, alentándolo hacia el rechinar mientras se alejaba, a la vez que sin quitar su vista del joven, lo vio abandonarse a conciencia envuelto por la densidad del aliento...
“Adelante por favor, pase.”
[ella]

Era una mujer. Podía distinguirla gracias a la escasa iluminación reinante. Cabello corto, rojizo, estilizada, con un hombro levemente más caído que el otro...
“Si gusta acompañarme...” le solicitó una segunda voz más grave y masculina.
Un hombre más alto que él, fornido, de cabello rubio y ojos idénticos a los de la muchacha -cada uno de un color distinto, pero simétricos en ambos- lo aguardaba para guiarlo.
“Lo está esperando. Vaya.” sugirió la damisela.
Antes de acompañar al hombre de espartana estirpe, reconoció parte de los canales y puentes que ella supo tejerle en las páginas como si se tratase de su propias aguas.
Ella... les manda saludos. Confió a ambos hermanos.
“Muchas gracias; también la recordamos con cariño. Sentimos mucho su pérdida.” asintieron ambos con gratitud y respeto.
[lo imperturbable del cambio es que no lo sería sin lo previo]
La puerta estaba entreabierta.
“Entra, entra. ¿Tomaron el camino largo?... Seguramente tenía ganas de llevarte a pasear... le agradas.” aseguraba el viejo en tanto retomaba la lección que había estado a punto de emprender ante su pupilo...
[y este de ninguna manera puede interpretarse como el principio]

Alguna vez corrió por una tierra que bañaban dos estrellas. Antes que en este sistema hubiese un solo sol y la falta del otro, acabara con las primeras especies o “suelos”.
Para ella, él, sí tenía nombre entonces, y parecía reducirse a una sola emoción.
Las propiedades de una mística que se concreta dentro de reservorios.
Cada libro que desde entonces llega a sus manos, pasa primero por su ojo laboratorista. Analiza cada tinta, cada papel, cada tipografía, color y tejido; cada encuadernado y medida; elige y descarta. Luego, pasa a la observación bibliotecológica y finalmente a la lectura... o no.
Es una estructura de sumario concebida en forma de láminas fundacionales de arcilla.
Se dice que dentro de cada página de un libro, puede hallarse el deseo del alma humana que, combinada con la estructura molecular originaria, crea la variable de la posibilidad.
“Tan posible como lo eres tú”, explicó el docto anciano dentro de un guardapolvo oscuro con largas mangas. “Encendí algunas velas a los efectos de ilustrar mejor tu entendimiento.”
Sin embargo el entendimiento latía la inconsistencia de un arcilloso lodo que yacía en lo incuestionable de un alma que él llevaba consigo... el muchacho... y también el viejo.
¿Volvió a intentarlo no es cierto?...
El sabio se abstuvo de responder y en su lugar continuó su disertación emancipadora de la ignorancia.
[caput mortuum]

Es sencillo si mantienes tu esencia sin límites.

Mientras encorvado, el educador mostraba la receta, el educando presenciaba la preparación del cocido con los ingredientes...
“¿Cuál es el secreto?, te preguntarás... No lo hay. No es magia, ni ciencia. Una fase es creación; otra recreación.” Revolvía. “Para cada una de estas fases existe también una contraria, nefasta o negativa, de la cual hablaré luego, si no confundo los órdenes. Ahora bien, desde un razonamiento ordinario, parecen la misma cosa, pero... si así fuese... ¿por qué llamarlas de manera distinta?”, ondulando el cucharón como si fuese parte homogénea de la pregunta. “La primera es esencialmente única en todos sus aspectos... la segunda es sólo una marioneta”, sentenció desde una trinchera rodeada por sus sentimientos entre siniestras púas de verdades cadavéricas. “En su defecto, es algo o alguien que no será eso esencialmente único e inimitable, pero que puede contener por propia valía unicidad diferencial.”
[funerales del fuego]
“¿De qué sirven cien cuerpos si ninguno porta el espíritu de ese que no fuiste capaz de crear?.” Algo tétrico se descubría en su forma de desparramar la masa en los moldes.
“Se trata de una ecuación infrecuente, de un cálculo demasiado simple para que lo entendamos; por eso nos empecinamos en ese absurdo tópico... Leí a Mary Shelley... mejoré considerablemente su trabajo sintetizando los restos materiales, a materiales completamente nuevos… pero fue inútil... después de todo no soy más que un púber asistente en toda esta mecánica de la jardinería... Añadimos los extractos... no quería reconocer que esa era una substancia imposible... Hay cosas que están más allá de los componentes básicos... la recreación te brinda la similitud exacta, pero no la singularidad, la divergencia... o sí; no estoy muy seguro... las bandejas se ubican en la membrana base del fundido final... el horno de cristales sedimentarios, tiene orificios que actúan como válvulas al encendido de la tableta... por dilatación y contracción de la primera llave... el proceso se desarrolla dejando que la arcilla bulla y se encapsule por la vibración del horno que acelera las partículas equilibrando las métricas laminadas por períodos secuenciales... el contenido de las láminas no es aleatorio... es un registro minucioso... pese a todo, no pude dar nunca con la fragua específica para el alma... Cabellos... en los libros busco al menos un cabello... en ocasiones el número de página es primordial... algo sencillo para la fase dos... tomamos las páginas del libro, lo descomponemos, obtenemos el escrito capilar, lo pasamos a la arcilla... la tableta una vez adoptada la forma de un capullo, se suspende en una solución obtenida de las raíces del jardín y se le proporciona concordancias sónicas a las especificidades inscritas en la tableta... toca su propia canción... La incubación de las partículas de toda materia orgánica e inorgánica se reduce a cómo se relacionan a través de la acústica y cómo, esta acústica a gran escala, se traduce en armonías... El habla es una variable fónica que puede estar presente, pero no es determinante para el laminado... Una vez terminado el cocido se obtiene la semilla. El resto, es un devenir que se traduce por sabiduría e interpretación propia del jardín... Así, mi tarea aquí es simplemente componer los códigos libraicos en las angostas y finas tabletas de arcilla a modo de tutores... Esto de ninguna manera define la fisiología concreta de la germinación ya que en ella influyen también las condiciones que brinde el entorno como el cuidado que se le propicie...
La recreación por otro lado, se hace en la cámara de tallas. Se utilizan los mismos elementos que para la creación junto con un relleno de cuajado proveniente de la creación o de los residuos de la fase negativa la cual puede proceder de ensayos fallidos de cualquiera de las etapas positivas... y que, sin el eco primigenio, ninguna es pasible de tener origen y sentido al abrazarse en las entrañas del jardín... devenir del jardín para ser parte del jardín y...”
...ser el jardín mismo.
Afirmó el joven terminando la clase del maestro.
La comprensión y el querer comprender a veces generan conflicto.
El biólogo sospechaba el ungüento de una falacia en la verba del viejo. No le había dicho todo. Eso no podía ser todo. Debía haber más. Lo había.
Ambos sabían que ese jardín era extraordinario. Que sólo alguien capaz de dominar y deletrear tales técnicas podía haber originado árboles con plumajes y racimos de seres vivos gestándose en sus ramas. ¿Y los libros?. Los libros eran el cultivo principal, era evidente... y el muchacho tenía el requisito indispensable para cumplir su irrefrenable deseo.
Que el trabajo no incluía leer cada libro en particular; eso no reservaba novedad alguna, más que para sus ratos de ocio y según lo que apeteciese la curiosidad del viejo. Por lo demás, dedicábase a sus labores las cuales involucraban encontrar entre las páginas de cada libro las configuraciones sígnicas para la fases positivas... pero al biólogo una mentira aledaña le sucumbía.
“Me gusta creer que quién señaló las páginas en donde hallo los cabellos, lo hacía a sabiendas; pero en algunos debo reconocer que se trataba de falta de intelecto y pura calvicie.” Al muchacho no le hizo gracia, pero el viejo, con sentido del humor, no distraía el aguzado razonar de su observador con esos divagues.
“Por cierto. Antes que me olvide... Toma. Lo dejaste sobre la mesa de la cocina...” y deslizó el libro que ella había escrito. El muchacho lo aferró con nerviosismo.
Ya no podía contenerse, necesitaba escuchar la respuesta para el siguiente acto.
¿Cómo es que usted logró entonces?...
“¿Yo?.” Se echó a reír. “No yo, mi niño... el jardín existe mucho antes que tú y que yo...”
[provecho y salutación del ser]

Desde que la tierra era apenas un satélite vagando por el universo, en tanto a su paso recogía pizcas de esencias en distintos estados que fueron combinándose con el mismo cosmos hasta que su viaje se franqueó por un colapso al que llamamos efecto de contorsión o galaxia. Su nomadismo en esas instancias se fue agrietando hasta hacer del cuerpo celeste, un ombligo, el ápice de un abrojo prendado a una variable de una ingeniería de circulación no ya errática, sino orbital. En esa alianza que restringía su trayectoria, las combinaciones de estos factores produjeron reacciones en los materiales inertes. Ninguna tecnología intervino, al menos no de las que conocemos. Sólo tiempo, combustión, práctica y enfriamiento... ir de lo simple a lo complejo, procurando mantener la pureza medular del génesis... el jardín, está más allá de ser un eslabón en esta cadena de eventos y eventualidades; bien pudo ser anterior o posterior, eso no está claro, sin embargo, es posible que con menos lógica, esta explicación, no sea sino una del supo, del sé y del sabrá... o un tal vez... tal vez corolario para la fundición o ensamble alquímico... tal vez esquema de forja o derivada insubstancial de conjeturas... tal vez la arcilla.
[necedades]
¿Por qué simplemente no me dice que reintentó crearla?.
“Porque ya sabes que lo hice y sabes que en vano podría volver a intentarlo.”
El viejo había leído al muchacho desde que lo vio de espaldas mientras pescaba.

No te enfades ni desprecies a la muerte.

Este es el libro... lo sabe, ¿verdad?... el que ella escribió... ¿sabe por qué estoy aquí?... tome uno de sus cabellos... por favor... rogó al viejo que acababa de voltearse hacia la puerta. Usted es el único capaz de hacerlo... de vuelta... tráigala de vuelta a mi...
“No lo entiendes, ¿no es cierto?... No hay manera que lo haga, no la hay.”
El joven asentía incesante con la cabeza negándose a soltar esa sola esperanza... “Que no la hay. Es imposible que ella sea la misma que tuviste entre tus brazos, que huela por la mañana con esa piel y rocíos en sábanas... No será ella a quién le hagas el amor por mucho que intentes convencerte... no serán sus ojos los que te penetren aún estando cerrados... te volverás loco... no lo haré...”
Tomándolo de las solapas del guardapolvo, embrutecido por esos fonemas que atormentaban su deseo, el indefenso joven exigió con la severidad de un cancerbero... No quiero sus excusas, quiero tenerla de vuelta y nadie más que usted puede hacerlo y sé que puede... ella también lo sabía y no quise creerle... de haber confiado antes en sus palabras, la hubiese traído para curarla o... pero no la escuché, no le hice caso, no lo suficiente hasta que... que... soltando las ropas del viejo con un estertor de concilio para con su remordimiento.
[demoras]
“Mi niño... el resultado de lo que pides te será mucho más doloroso que lo que estás sufriendo... No fue tu culpa... ella decidió irse... debes aceptarlo aunque te consuma por dentro... Además; tú ya la trajiste de vuelta... ella quiso traerte hasta aquí... cumpliste su voluntad y ella cumplió la tuya... acompañarte, estar contigo...”
El dolido joven no vislumbraba con claridad; de nuevo todo se desvanecía ante su mirada obnubilada y descompuesta de formas.
[verdades]

Y quiso comprender...
El libro contenía la memoria del alma de su autora, la mujer que lo había amado, que de haber sido él mujer ella hubiese recorrido por entera hasta hundirse en un placer compuesto, compartido e igual de irrepetible... (irrepetible)
Quédeselo, para su biblioteca, seguramente era el único que le faltaba... entregándole el libro al anciano.
“¡Realmente eres un tonto!.” arremetió con un coscorrón. “¿Aún no lo entiendes?.”
¡Sí que lo entiendo viejo mañoso!. No puedo obligar al genetista de libros a hacer el trabajo sucio de traer a un artificio a este sitio noble y supremo, “o en su defecto” a alguien que no será esa misma criatura que me hizo para sí, único.
Estalló con una compacta cólera indiferente.
“No, no acabaste de ver el cuadro entero... es por eso que no eres capaz de ver el bosque por encima de unos pocos deslumbramientos.”
y le dio otro coscorrón... “Cuando mencioné que era un asistente en este sistema, es porque era SU, asistente...” señalando el libro... “¿Comprendes ahora?...”
Como si hubiese vuelto al principio del primer peldaño molido entre la escalera y aquello con el inmenso párpado...
Guardó el libro y se encaminó dónde la chillona puerta... pasó inmutable entre los hermanos que algo asombrados se observaban con desconcierto.
Desprendiéndose del aliento que lo había cubierto en la transición al interior del laboratorio, contraía arrítmicamente sus manos. Se sentía diferente; algo idiota, pero diferente. Dónde su corazón, sentía pender el hilo dónde ella, permanecía. ¿Era él?... ¿era posible?... el jardín estaba iluminado, radiante...
Las infinitas aguas del lago encastradas con perlas, curtían el acuoso azul que emitía destellos contra la bóveda que, cubierta por el follaje de las copas de los árboles, dejaba entrever también cómo las ramas se enterraban cual raíces sobre el cielo de la corteza extendiéndose como sostén y patrón de referencia, trasluciendo una noche como las que ella le había contado entre orejas y besos, con una estrella que abrigaba la superficie.
Los tonos se fundían unos con otros. En su totalidad era un ser vivo. ¿Cómo alguien podía tener la soberbia de creerse por encima de la sabiduría del jardín?.
Sin temor se paró sobre las aguas del lago, se descalzó y caminó sobre ellas.
Un aire embriagante lo hizo respirar entrecortadamente. Bajo el agua podía ver a las luciérnagas. En el centro del lago contempló el hogar de los destinos y, un poco más allá, cerca del árbol de mil ojos, a la vocecita. Con firmeza, se aprestó hasta ella. Novecientos noventa y nueve ojos del árbol se percataron que él veía con excelsa claridad... el ojo mil, dormía.
[¿estás viendo las voces que escuchas?]

¿Y tú tampoco tienes nombre?... interrogó a la vocecita que respondió afirmativamente y satisfecha. ¿Y cómo te llamas?...
«Yo me llamo Eva. Mucho gusto.» y dándole un abrazo confesó... «Te pido perdón por las cosas malas que te dije... no eres aburrido.» el muchacho aceptó las excusas con una sonrisa.
¿Y este amigo tiene nombre?...
«Sí, el es Miao.” introduciendo al árbol de mil ojos, el cual además de tener largos bigotes de violín, era inofensivo e igual de asustadizo que cualquiera que se lo encontrara de narices sin previa jactación de su presencia... «Le pregunté al abuelo si no podías vernos y me dijo que fuera paciente, que se necesita cambiar algo adentro que no entendí bien qué era, pero yo no soy paciente y me irrita... el no ser paciente me hace rascar y entonces me dan ganas de llorar también, pero no puedo llorar porque me sale mal y me enojo; me sale pero para adentro y el abuelo me dice que es porque soy grande, pero hacia adentro, que soy de naturaleza árida y eso está bien... ¿árida es como piloto?... porque el abuelo dice que es poco frecuente que alguien que se tira al agua salga sin mojarse. A mi me pasa eso... me gusta hacer la plancha y quedarme flotando como un barquito... ¿el té que tomé estaba muy caliente y me quemó la lengua?... ¿Vez?...» mostrando su lengua entre los dientes a la usanza de un paciente que tuviese herido el pie... «¿estás bien?... ¿qué es eso que te sale de los ojos?... »

Cuando sientas que algo se pone en tu contra, date la vuelta y velo a los ojos. Si se te queda de grano en flor con la atadura atónita y la lupa en óptica retirada diapasón... no es un árbol... o sí... tal vez... Si no; lo habrás convertido en tal... o tal vez no... tal vez...

Eva comenzó a apilar minuciosamente las lagrimitas manteniéndolas verticalmente encimadas, pero sin mezclarlas; aprendió allí mismo a hacerlas discernir entre sí de las moléculas estables e inestables de las emociones que las gobiernan... salvo claro las suyas, que a falta de lagrimales, eran sumamente apasionadas en su eclosión de soplos.
[fotografías]

¿Hacia dónde está el horizonte cuando la vista reposa en él, a ojos cerrados?.

Hace mucho ya que el abuelo partió dónde su amada y su niño.
Encontrar la entrada al túnel no tuvo más razones que las de visitar al enorme párpado.
Mientras tanto, la vida se cuece.
Eva nunca acabó por creerle que era mayor que él, y que sí podía ver sus lágrimas...
Por aquel entonces, el hombre -ya anciano- conservaba el libro.
Verlo de nuevo cómo lo hizo la última vez poco antes de sumirse para siempre en las penumbras, no pudo; pero aprendió a verlo más allá.
Tal vez por eso... nunca le importó pese a saber dónde se encontraba el túnel, el hallar la entrada del mismo la cual, para ser sinceros, nunca había estado ahí... o sí... tal vez...

Ver algo dentro de la más completa oscuridad para aprender que el jardín, está en uno.

[el tercer ojo]
Ciego, pidió expresamente a Eva enterrar el libro bajo el árbol del cual ella había sido fruto. Y así se hizo, con excepción de una hoja que guardó discrecional y condicionalmente, la cual le daría a leer a Eva, al momento de su despedida...
[horizontes]

Un día sus ojos se cerraron melodiosamente en el papel que guardaba consigo...
Reposó con un último eco primigenio.
...y la vio llegar.

Sabrás que es la hora, cuando por sobre las agujas, desfilen mis dedos atados a tu pañuelo; cuando me dejes rendida en estas líneas, junto a los trazos de tu corazón y pases a formar parte de ellas; crezcas dentro, con las cenizas...
...y llegues hasta mi.
Ya es tiempo amor; de un otro y nuevo jardín dentro de su árido corazón que por primera vez, llora hacia afuera, como el de todo un hombrecito.
Y sí...
...eva es.
[indescifrabile lacrima gene del libro delle acque]






GLOSARIO
cohrda arcanus corde: (latín) Cordel del Arcano del Corazón.
Introducción:
...florecerá de las cenizas como un hombre, con un beso humedecido de labios y por entero mujer, quien lo convertirá en fuego para juntos extinguirse.
los faros del cosmos revelarán entonces -en un parpadeo- la creación más allá de los actos, del deseo, de las palabras; de lo concebible.
la niebla y el sueño.
[cenizas de agua y...]
el genetista de libros
(Gracias Tyria)
in rerum natura: (latín) En la naturaleza de las cosas.

coroides: (del griego chorion, “cuero” y, “eidos”, forma) Anat. membrana que tapiza por dentro todo el globo del ojo, excepto la córnea.

¡Aitite!, ¡Miña dut!, ¡Aitite!: (euskera) ¡Abuelito!, ¡Me duele!, ¡Abuelito!.
(Gracias Dédalus)

caput mortuum: (latín. cabeza muerta) lat. se llamaba así a los residuos que quedaban de los ensayos de los alquimistas.

mileto: Geog. Hist. ciudad de Asia Menor, puerto en el mar Egeo. Cuna de Anaximandro, Aspasia y Tales. // Mit. Rey de Caria, hijo de Arce y de Apolo. Fue abandonado en un bosque y en él lo alimentaron los lobos. Fundó la ciudad de Mileto.
ungulado/a: Adj. Zool. Que tiene pezuña o casco.
indescifrabile lacrima gene del libro delle acque: indescifrable lágrima gen del libro de las aguas.

27 comentarios:

estenoesminombre dijo...

[GLOSARIO]

Cohrda Arcanus Corde: (latín) Cordel del Arcano del Corazón.


Introducción: (italiano)

...florecerá de las cenizas como un hombre, con un beso humedecido de labios y por entero mujer, quien lo convertirá en fuego para juntos extinguirse.
los faros del cosmos revelarán entonces -en un parpadeo- la creación más allá de los actos, del deseo, de las palabras; de lo concebible.
la niebla y el sueño.
[cenizas de agua y...]

El genetista de libros

JUANAN URKIJO dijo...

Preciosa introducción, Don Esteno... Pero mire, que yo venía de corrido, por comentarle un par de cosas, cuando me encuentro inhabilitada la (espectacular) entrada con que nos premió anteriormente a ésta, toda vez que advierto que se retiró unos días para tomar (también espectacular) carrerilla y brindarnos un texto de alto voltaje...
Como ya le digo, lo leeré en otro momento y le comentaré algo al respecto. Que ahora sólo pasaba para decirle que me extendí salpimentando su comentario pasado en mi página (allí le dejé un recado) y aquí le dejo algo que, en la mía, y por cosas de la magia literaria, ante su pregunta no confesé: Que Miralles existe.
Pásese por allí, si le viene de gusto, que yo por aquí haré lo propio.
Suyo affmo.,

estenoesminombre dijo...

Dédalus,
Pero despachecé a gusto aquí mismo con cuanta cosa le venga en gana.
Me alegra que le gustara la introducción, pero es mérito de la damita Tyria.
He pasado y el dejé mis augurios. Mismo le dejé una solicitud que espero tenga a bien recibir en este instante. He notado que en su perfil figura País Vasco como Ubicación. Tal vez haga mal en deducirlo, pero redundo al deducir que habla vasco y he aquí que quisiera pedirle una muy chiquitita traducción y paso a comentarle el por qué... tengo el resto del largométrico posteo presente y hay una frase que si bien es simple, al leerla me pregunté "¿y cómo se dirá en en esa lengua?" y aquí entra Ud. esperando salpimente esta duda mía...
Dédalus; ¿Cómo se dice en vasco: “¡Abuelito!, ¡Me duele!, ¡Abuelito!...”?.
Espero no lo tome como un abuso de mi parte.

Desde ya le hago un lugar en mis agradecimientos y otro seguido al de la señorita Tyria.

Un abrazo, Dédalus.

Pd: Pese a que lo comentaré a los demás, se lo digo a Usted en primeras, que habrá de ser el primero en torturarse con semejante balurdo de palabras.
La continuación tiene unos momentos que mejor no le adelanto nada... Tanto a usted como a los demases amantes de la buena comedia, sabrán regodearse de ese pináculo de gracia, de desopilancia, de pila y depilación.

Un abrazo

JUANAN URKIJO dijo...

Don Esteno: Buenas tardes las de aquí, dadas las seis horas de rotacionada ventaja que le lleva mi latitud a la suya:

Vayamos por partes, lo cual, a lo fácil, me lleva decirle que la frase que me pregunta, en euskera, se escribe (y lee) así:
«¡Aitite!, ¡miña dut!, ¡aitite!...»

Dicho lo cual, me centro en su escrito, para comunicarle que se ma ha antojado desde el principio el viaje de un Jonás, luchando por salir de las oscuras entrañas de la ballena. Tal cantidad de sensaciones e imágenes entreveradas acompañan la visión de la luz que, efectivamente, cualquiera diría que ha sido vomitado (en un viaje desde la ignorancia hasta el conocimiento), en la playa onírica de la vida. Fantasías, personajes que se entrecruzan, voces ocultas y advertencias... Jonás permanece finalmente envuelto entre las páginas soñadas por todos los poetas y escritores de la historia, varado en la biblioteca de un mundo que no fue... y que, sin embargo, tuvo y ahora mismo tiene lugar.

Suyo affmo.,

P.S. Consiéntame esta libre interpretación, don Esteno, calibrada al salir de su aspiración, según seguí la estela de la singular lectura que nos brindó en este posmediado febrero.

May dijo...

Uy dio! Qué te salió un papiro eh!!! Recién pude leer hasta la mitad, lo que me falta intentaré leerlo hoy, pero para ir comentando le voy a decir que por ahora está muy pero muy entendible e interesante... jejejje
Besis!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

También como may_solamente he podido leer hasta la mitad y no he continuado, no por pereza sino por dolor.

estenoesminombre dijo...

Dédalus,
¡Muchas gracias por la traducción!.
Y ya que está en viaje, estese preparado que en breve desanudaré el tramo final de esta travesía.

Quisiera detenerme más en lo referido a Jonás, pero no puedo ya que, omitiendo alguna idea que es oriundo de la mitología griega y que pululaba con los argonautas o semejantes, me confieso un total ignorante.

Sin embargo sí entendí la alusión y demás estña que me pida consentimiento mi amigo. ¿De qué me sirve tener el ojo que dice Usted que tengo si no fuera de la calaña de escribidor para con la cual leo?, jajaja.

Y le digo. Pensé que después de semejante palabrerío, me iba a quedar sin ideas, pero tengo unas cuantas cositas en el tintero y algo esbozadas.

Un abrazo grande Dédalus y gracias nuevamente por su gesto con la traducción.

Un abrazo

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May,
Antes que nada: ¡¡¡MILAGRO!!!.
Y eso que leyiste hasta la mitá y te quedó la otra mitá más el doble del entero que leyiste por la mitá.
(sí, hice el cálculo y anda por ahí más o menos... tu entendimiento no sé, yo hablaba del texto)
Así que agarráese de las pantuflas y acomódese el rulero Doña T. de Igrushka.

You´re gonna like it... or not...

Besos May.

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Hombrecitas,
Tuve que fijarme más o menos dónde podía ser la mitad que mencionaron ambas dos, y creo que sé de cual podría tratarse.
Igualmente no pienso inferir nada para no generar turbulencias improcedentes.
Permita que las condiciones sigan su curso. Sí, el suyo también.
Después me cuenta.

Besos Hombrecitas.

Libelula de Acero dijo...

Me gustan mucho tus descripciones. De tanto leerte ya las veo mas claras.

May dijo...

Don Esteno!!!! Ya tá, terminé!!! De leer of course... Y para cuándo la segunda parte eh?? Cuándo cree que la va a postear??!! Digo, porque está interesante, realmente me ha gustado!!! Y nop, no es milagro, jejejje.
Besis!!!!

cläu dijo...

Paso de visita y te dejo un saludo
Qué lindo te quedó el blog!
Muy buenas las tipografías y la foto!!!

estenoesminombre dijo...

Libélula,
Gracias muchas por poder compartir estos paisajes.
Aunque le asegúrole aseguro que existen. No puedo dar coordenadas de ubicación ni procedencia, epro si cada uo se siente un poco pisando esas hierbas, es porque encontraron el jardín, tal y como Usted lo está haciendo.
La cosa ahora se pone un poco más extensa (como lo mencioné en comentarios anteriores) llegando al desenlace, por llamarlo de alguna manera.

Besos Libélula

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May,
¡Ma qué terminó!... (ya me la imagino maldiciendo ante las dimensiones de la continuación).
Pero piense que a mi me llevó más de lo que les lelva a Ustedes leerlo (aunque a mi el tiempo un poco se me hace fluctuante y se me pasa fuera de los relojes al escribir y disfrutarlo).
Espero mantener el interés y la comprensión manifestadas hasta donde leyó para que se mantenga hasta el final.

Besos May

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Çläu,
¡Tanto tiempo!. ¡Miles gracias por la visita y el saludo!.
Gracias, me alegra que te guste cómo quedó el Blog.
Viniendo de alguien que ilustra y diseña como vos, es un honor.
De verdad, muchas gracias.

Besos Çläu.

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[A LOS PRESENTES]

No se atajen con la larguitud. Yo avisé.
Me siento un tanto responsable, pero si tienen quejas, elevenlás al botánico más cercano o en su defecto al bulbo más pequeño del cantero y/o maceta que les quede má a mano.
Espero sí, que les resulte una lectura fluida a pesar de ciertos vocablos.

Y para no arruinar sorpresas, jejeje... ya verán cuando lean.

Saludos, Abrazos y Besos a todos

microcosmos dijo...

"¿De qué sirven cien cuerpos si ninguno porta el espíritu de ese que no fuiste capaz de crear?"
mierda.
pero además de ése, varios "oh" más.

esperate que releo toooodo de nuevo.
por intentar no caer fuera del disco/plato que con su pluma/tinta hacía usté mover de un lado a otro, y uno ahí intentando plantar los pies para no quedar a merced de la ingravidad que provoca (intento que tuvo por objetivo darle continuidad a la curosidad de ver qué más cabía dentro de aquello donde cabía aquello otro, donde además cabía aquello y aquello también)... tomo una pausa y arriesgaré entrar nuevamente en dicho disco ovalado, pero esta vez sin evitar quedarme siglos en cualquiera de sus rincones, aunque implique soltarse del texto para habitar los intertextos propios.

bello jardín.

May dijo...

Don Esteno!!! Le ha quedado realmente bonito!!! La verdad, para serle totalmente sincera, jamás me imaginé que escribiera así :)
Y como muy bien lo expresó Microcosmos, hay que hacer un esfuerzo para no quedarse en algún rincón, en algún intertexto propio...
Confieso que ya le he robado un par de frases y la que realmente me gustó es la de "Una historia cerrada que permanece abierta... es una historia herida", brillante!
Y no la sigo para que no se la crea buen hombre, jejejje.

Besis -de la tonta más grande de las entrañas de la tierra que también está viva!!!-

María José Schamun dijo...

Yo sé que un comentario merecería algo más interesante que edcir... Pero la verdad es que, por falta de tiempo y de energías, nollego sino a las primeras líneas, sólo puedo decirlem que en este preciso momento, odio al tiempo tirano que me sustrae de su lectura...
Dulces sueños...

estenoesminombre dijo...

[estoy profundamente enojado porqué me tomé el tiempo en contestarle a Micro, May y Tytria, y no sé qué hizo el condenado Blogger que no publicó nada y para colmo no pude recuperar ni una sola palabra. Intentaré reproducir lo escrito y en su defecto, reinventarlo]

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Microcósmica,
Que alegría tenerla de visita. Es un placer.
Que bueno que las frases la abordaran onomatopeyísticamente, jaja.
Espero con gusto su relectura. Haga tranquila.

Aclaro que lo mío no fue una estrategia de mercado. Fue sí, que no imaginaba que el jardín fuese tan grande.
Sí busqué dónde dejar la continuidad con un cierre abierto, con algo de suspenso.
Creo que eso funcionó gracias al aporte dew su curiosidad.

Pero le digo que hay un jardín también en el lago y si cierra los ojos, va a ver otro jardín.
Porque como en todos y cada uno de los que visitaron el jardín... hay un jardín con los ojos bien abiertos.

Respire hondo y no se aflija por los siglos. El jardín es paciente.

Dicen que demasiado es mucho tiempo, pero cuando para demasiado es poco, el tiempo deja de ser importante y es en ese momento que el tiempo aprovecha para hacer algo más.
Así es que el jardín es como es, por sobre cualqueira de los rincones en los que se quede.
Para él Usted será siempre bienvenida.

Besos sueltos, Microcósmica.

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May,
Gracias. ¿Y cómo se imaginaba que escribo?... ¡DEJEMÉ!, dejemé hacer un intento de adivinanza y después me dice...

"Escribía en trepando cuadraditos en un papelito con forma de mujer y boleto de tren un día de esos en que se desea a toda costa, sin ninguna medicina, nacer con uno de esos botonitos de autodestrucción masiva para erradicarse de las faz de la tierra. No evadirse; destruirse. Sin embargo para eso necesitaría el bendito botoncito brillante, pero así nada más no es posible. Todo el mundo sabe que ese invento chino es yanqui y cuanta más pompa tenga, mejor. Si no viene con bunker a miles de metros de profundidad de la superficie, dos llaves que giran hacia la izquierda y encienden una lucecita que pasa de roja a amarilla y dos tarjetas con códigos secretos que llevan dos tipos trajeados de gafas oscuras y maletines encadenados a sus muñecas y que al intrucir el código y pasar la banda magnética de las tarjetas la lucecita pasa de amarilla a verde y ahí sí, sólo falta apretar el botonito, pero no olvidemos que para ahcerlo la luz debe estar escasa, la mesa tiene que ser larga y ovalada y debe haber, sí o sí (abstenerse de tal empresa caso contrario) un adorno con la banderita simulando flamear. Pero todo eso no sirve de nada ante un desorden del primer tipo -este tipo, uno, yo- que entre maldecires y ´carajos´ se acuesta esperando econtrar el botonito abajo de la almohada y apretarlo sin dubitar. Si le dieran el otro botonito, el que erradicaría toda la humanidad... bueno; mejor no preguntarle. No es de las personas que sufre, sino de las que lo disfrutan sea propio y ajeno aunque no le guste (a veces no se está seguro que sea humano). Entiéndase que lo disfruta, no lo inflinge. Y tal vez por eso no concilia el sueño. ¿Qué males lo atormentan?. Piensa al respecto y... ninguno. ¿Qué mal ha hecho?... piensa un poco más... cree que ninguno, al menos no que él sepa. ¿Y entonces por qué no duerme?. Viene la lluvia, algo dentro suyo se corre de lugar. Podría ser que algo dentro de él se corre de lugar, pero es él quien se corre de lugar dentro de la lluvia. Similar al deseo de dormir y no dormir como si fuesen dos llaves o dos tarjetas con algoritmos, pero... el tacto piel de un sueño desgarrado parecía haberlo sumido en las fauces de un día guerra; saltaba las gotas y los charcos como esquivando balas y minas antipersonales (son antipersonales porque quienes las entierran no dejan sus nombres o en el peor de los casos, dejan algo así como "Disculpa, no es nada personal". Los tigres al nacer no tienen rayas como las que tenía ese sueño de papelito mujer por sobre los árboles y del que despertó entreabierto, mordiendo y babeando la almohada. Parecía haber respirado el mismo aliento de un balcón y una copa. En sus ojos -las violetas saben de esos ojos- no había color; eran de ópacos y obsorventes, vacíos. Era un buen día. La tormenta estaba afuera a corazón abierto, y el no había usado sus bisturíes, pero tenía las rayas del sueño sobre su lomo. No, no era una cebra. No, no es una criatura que quisieras encontrar en tu cama sin que te refleje (tampoco deja de serlo). Podría contar una historia que todos entiendan (él cree que no podría) podría esquivar al universo y sólo contar con una voluntad única y un espíritu férreo. Podría hacerlo matemáticamente... siempre se preguntó por qué en la escuela primaria y secundaria tenía que usar hojas cuadriculadas para hacerlas... podría ahorrarse hacer ese tipo de preguntas y parecer menos imbécil. ¿Tu crees?... ¿Y qué le quedaría por pensar a los auténticos imbéciles?... no parece ser tan malo después de todo; no como quisiera. Además, nunca fue bueno con esto de la economía; ha de ser por eso que prefiere escribir trepando cuadraditos como quien descifra un milagro. Él sabe que las matemáticas lo contienen todo, incluso a la naturaleza misma. Le pelea con libros y jardines por desorden y diversión. Números reales, irreales, concretos, fracciones... un poco como los sueños... y despierta masticando la almohada que creía haber estado masticando cuando despertó por primera vez... sólo que la primera vez estaba en compañía de una naturaleza repleta y desnuda como un pie descalzo que intenta treparlo horizontalmente y no por ello se crea que lo camina... un solo pie no camina (da saltitos).
Se relame por segunda vez, refrega sus ojos por segunda vez; no están sino llenos y la lluvia no es la misma. La diferencia es que la que lleva adentro guarda la escencia de alguien que se precipita; y él sin paraguas dentro, la recibe. Está enojada como cajita china y le quema las manos. No está cerrada, pero no deja que él la abra. Un sello de papel reza "no me gusta que me hagan sentir lo que no me gusta". Algo se escucha dentro de la cajita. Algo que apenitas rompe el sello y lo mira po runa endija sin que él se de cuenta. Como al despertar por segunda vez; él se sentía observado y no era sólo la lluvia... ¿puede ser confuso algo complejo?.
¿Y si esto está escrito para que lo entienda una sola persona y no es una adivinanza después de todo?... nadie tiene todas esas respuestas. ¿Y él qué?, el puede perder las esperanzas si no las busca, las descubre o las inventa. Si pierde eso, ya no harían falta botones... salvo los de una flor.
O los de una cajita que ruge escribiendo en cuanto papelito se le cruza, lo que sólo ellas, las flores, saben. Entre gotitas de lluvia."

¿Qué tal?. ¿Se imaginaba que escribía así?. ¿Otro intento?... (bueno, pero espere que pongo música)

"¡Ayer pasé por tu casa!, ¡Y se me saltó un tapón! (la térmica o algo así)...
¡Mañana paso de nuevo!... la ferretería está justo enfrente y espero encontrar un fusible de repuesto."

Sí, me imagino un par de epítetos que puede estar considerando en este momento, jajaja.

Volviendo a su comentario.
sepa que no me siento robado. A lo mejor hurtado, porque violencia no hubo o no me quedó chichón alguno. También pueda ser posible que hubo algún común acuerdo tácito ya que yo le avisé que se venía un choclo y a usted le había gustado previamente lo que leyó al iniciar esta travesía.
Le prometo no creérmela más qeu en la justa medida para no vencerme. Lo que sí, si bien a veces uno es malo aún sin la intención de serlo para provocar el menor daño posible; lo intento. Desde que leí "Sabiduría China" de Lin Yu Tang hace varios años.
Existe en chino una palabra "jen" que significa "hombre bueno". Hay que aprender a que esa sola idea tenga valor para uno. Hay que arremangarse y adentrarse en uno mismo. Dejar que nos den la mano y aceptarnos.
Pero no es mi intención decirle esto a modo de explicación. Sólo compartir lo del vocablo pro lo que usted me dijo.

Y mire si será HdP; esa frase sí siento que me la robo, jajaja. Tal vez porque tiene algo más íntimo y personal, con lo cual me cala más hondo, pero sepa que si adhiere a que es tonta, estamos enfrentados como mirásemos el otro lado de un espejo... donde sólo un tonto podría buscar su propia imagen.
¿No le gustó lo que escribí?... Pues a mi no me gusta que me hagan sentir lo que no me gusta tampoco y aquí me tiene, espiando desde adentro de la cajita.

¿Me deja usar lo que escribí más arriba para hacer algún posteo nuevo?. Se lo pido porque pasa que de alguna manera es suyo ese escrito porque lo inspiró.
Esto vale que lo aclare para todos al final por si no se entendió.

Como le decía, este texto es suyo. Al igual que el posteo, ya que a las personas que lo inspiraron como a las que ayudaron a su concepción, les pertenece. Mismo al que se apropie de él. Usted abarca bastante el espectro de opciones.
Y no digo más, no sea cosa que se la crea buena mujer, jejeje.
¿Me cree verdad?. Si cree en dragones, entonces cree en mí.


Besos May
-tontos, grandes, de las entrañas, de tierra y también vivos-

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Tyria,
No, no sabe.
(érase una vez un reto)
¿Cómo va a decir semejante cosa?.
Le repito lo que a Microcósmos. El jardín permanece apacible a la espera. Cuando tenga tiempo, ganas, esté descansada y con energías, el jardín va a estar ahí.
¿No fui yo el que la hizo esperar a usted hasta darle las coordenadas?. Por eso mismo.
No lo odie al pobrecito del tiempo.
Ya va a ver cómo cuando se acerque a la lectura, el tiempo la va acompañar sin marcar los minutos.
Así que nada de nada. No es algo grave como para dar sus excusas. ¿Estamos?.
Sí, intento ser pura maldad para reprender, pero bueno, lo intento, pese a que me contradice lo que le conté a May y a esta cosa de ser un poco... bueno, un poco menos como lo que escribo, pero es dificil, porque aún con escritos dedicados a alguien en particular, algo de mi se queda. Algo que no sé si queiro explicar. ¿Ve?, a eso me refiero. Por ahí estoy hablándole de espárragos y de golpe me fui a un plantío en terrazas y de ahí al cultivo de perlas en el mar y Simón Bolivar que no tiene nada que ver (pero para mi en ese momento sí) y su arar en el agua (claro que él vio revoluciones liberadores y resultados de ellas, pero no sé si jardines)... a lo mejor sí, habrá comido sabrosos y carnosos espárragos al volver a Europa. ¿Ve a lo que me refiero?.
Yo me he dado cuenta y otras veces me lo han hecho saber.
Sí Tyria, hablando a veces yo no me hago entender. Me ramifico como un desconsiderado arbolito en invierno, desvergonzado y desnudo.
Cuándo uno es chico enteinde ese tipo de situaciones como verdaderas y absolutas, las hace carne.
Hsata que una señora de más de sesenta años nos enseña que hay que decir las cosas, sin decirlas.
Demás está decir que en ese momento no la entendí.
Pero lo que me pasa al escribir, es resultado de lo que me sucedió antes y en lo que me está pasando.
Se dice qu ehay que dar todo masticado para el otro trague.
No comulgo con esa idea.
Y si alguien se sinete exluído o lerdo para entender, no tendría por qué. Yo soy bastante burro y muchos peuden dar fé con sólo leer mi ortografía y mi cúbico intelecto para despistarme.
Seguramente tengo ciertas capacidades por encima que las de otros. Pero eso todos lo tenemos. Sí, todos.
Y no sé, pero a mi en serio, me gusta mirar al techo a veces.
¿Sabe que quisera?.
Que una vez que lea, no me lo comente.
Le pido eso. Yo a cambio haré otra cosa. Usted consérvelo, hagalo tan suyo que sin convertirlo en secreto, se deje percibir al verle el rostro que algo le floreció y florece dentro.
Como que le cayó gorda la propuesta. Y sí, se le nota en la cara (se puso seria y frunció los labios).
Ay, Tyria, no s eponga así. ¿Me deja contarle algo más?.
En ocasiones solía creer que mi estado de ánimo reflejaba la emoción y sentimiento que estaba transitando y, al momento de escribir, algo de eso se plasmaba.
Eso es parcialmente cierto.
Lo cierto es que uno pone de sí algo.
No importa lo que escriba ni cómo escriba.
El posteo peude entenderse de alguna manera como un instructivo tácito para "escribir de forma literaria" ahora que lo pienso.
Claro que la cosa pedagógica no está, salvo por la susodicha del jardín.
Es extraño, tengo como un sabor a cigarrillo en la boca y siento el humo como viniendo desde dentro de mis fosas nasales.
En ocasiones me cuesta comprender a las personas.
A veces me cuesta entender a quienes escriben lo que escriben. Hago entonces una lectura como si esas palabras fueran para mi y redescrubro. Dédadlus me dijo (como un niño repito) que tengo un buen ojo clínico (cosa que como buen niño un poco negué a sabiendas de ambos; de Dédalus y mía. El niño sigue un tanto encaprichado con ese asunto, jajaja).
Por eso me tomo mi tiempo para aprender a leer a una persona cuando la conozco, hago el intento.
¿ve, ve?... ME TOMO MI TIEMPO.
Así que ya sabe. Tómese su tiempo, el que necesite sin presionarse ni disculparse. ¿Sí?.
Podría haber sido más sintético, pero encontré deliciosa todo este vértigo de exploración e ideas para compartir con cada respuesta y cada una de ustedes.

Espero que haya dormido bien usted también.

Besos, Tyria.

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[ACLARACIÓN A TOUT LE MONDE!]

ESCUCHENMÉN, YOUR ATENTION PLÍS!.
CADA TEXTO EN EL QUE SE SIENTAN ALUDIDOS, EN EL CUAL SE ENCUENTREN DE MANERA PERSONAL IDENTIFICÁNDOSE, YA SEA MENCIONÁNDOLOS TÁCITAMENTE, POR SUGERENCIAS O DESCARADEMENTE CON TODAS LAS LETRAS, COMO AL HABER CONTRIBUIDO DE ALGUNA OTRA FORMA COMO LO HICIERON TYRIA Y DÉDALUS O BIEN CUANDO HAY UNA DEDICATORIA ENSINGULAR O PLURAL, SEPAN QUE A PARTIR DE ES EMOMENTO, EL TEXTO NO ES MÍO, SINO NUESTRO. SÍ, ES TAMBIÉN SUYO. LO MISMO SE APLICA A QUIEN SE ENCUENTRE EN EL TEXTO DE CUALQUIER OTRA FORMA, QUE SE SIENTA PARTE INEQUÍVOCA DE ESE ESPACIO, QUE SIN DUDAR TENGA LA CERTEZA QUE FUE ESCRITO Y PENSADO PARA ELLA O EL (PARA VOS).
GRACIAS PUES, A USTEDES, A TODOS, POR COMPLETAR CUALQUIER OBRA POR MÍNIMA QUE SEA.
(que pelotas que soy... me emocioné)
(es culpa del jardinero que me está hechando el agua de la regadera en la cara, en serio)

Gracias a todos.

Saludos, Besos y Abrazos.

May dijo...

Don Esteno!! Haga lo que quiera!!! No me pida permiso por Dios-gato!!! Este es su rinconcito, no el mio... :-)
Y le salió otro papirex eh!
Besis!!!!

ps: Y no creo en dragones..., sólo peleo contra ellos, quizás ya sea hora de ir por el príncipe ;-)

Vero dijo...

Muy buen texto, estenoes. Por la mitad me parecía escuchar la canción "La búsqueda de la estrella", del flaco, ¿la conoce? "Después de todo tu eres la única muralla, si no te saltas nunca darás un solo paso". Hay varias frases que me gustaron mucho por las sensaciones que me despertaron. Elijo ésta, ahora, una que dice ella: "No quieras saber tu destino ahogándote dentro del mío". Es como decirle a él "seguí con tu vida" pero de una manera mucho más bella. Veo que otros fueron flechados por otras palabras, depende por dónde ande uno, ¿no?, y qué lugar blandito le ofrezca al flechazo. Le dejo un beso.

Poéticamente Insurrecto dijo...

Este, los horizontes me han devuelto, pasé a saludar!

estenoesminombre dijo...

May,
¡Deje de decirme que haga lo que quiera que después me tira la bronca por despistado, descuidado o cualquier otro "ado" cuando lo que yo quiero es un "ido"... ser "querido", Comprende vous?; bien.

No me canso de decirlo; pido permiso porque soy respetuoso de las instituciones y personas mayores, porque así me educaron y porque en definitiva, lo que escribo, si lo inspiró alguien (singular y plural) y/o se refiere a alguien (singular y plural) y lo contiene, considero que esa obra no es mía en su totalidad. Es compartida o licitada o como le venga en gana llamarlo.

Así que más le vale dejar de retobarse, de mandornearme con ocho signos de admiración (sí, ocho, los conté). Encima pretende endulzarme (¡ENDULZARME!) con eso de mi "rinconcito" y no "suyo".

Permítame disgregar un segundo para decir que los rinocerontecitos deben ser igual de peligrosos que sus padres. Ya de chiquitos se les hace peinar el jopo de ese único cabello.
Sí, sí, ya sé que también tienen una piel muy dura, pero ese es un divague que dejaré para otra estancia en algún otro comentario.

Entonces... ¿me da permiso?.

Y sí, otro papirex... Lo interesante es que asumo su entendimiendo ya que no mencionó lo contrario.
(y no es la única)

Pd: ¡Y venga por el príncipe!, ¡DIGO!, ¡Vaya por el príncipe... ¿Y si le resulta que tiene herencia de dragón?. Para creer en dragones, no tiene necesariamente que creer en ese tipo de dragones, jejeje. Sé que eso lo entiende aunque pueda decirme que no.

Besos May

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Vero,
Ya decía yo: "¿Y quién es esta chica?". Claro, era Usted, pero como la tengo con el descontento infernal, no caí en la cuenta.
La canción non lan conozcon, peron (no perón) lan buscarén paran escucharn.

Depende por donde ande uno y si uno es el blanco, el arquero, la flecha... y de qué materiales están hechos... sí, sí, la flecha, el blanco y el arquero.
Al menos eso se me ocurre ahora al leerla y encontrarme con este disparador.
Me alegra que le haya gustado el texto.

La frase que le gustó contiene un amor y un deseo, pero a la vez es algo triste.
Más aún, contiene una vida y una piel. Un corazón.

El jardín es como un tejido del cual si se tira un hilo, hay una respuesta de tensión, y la sensación difiere de si uno está recostado sobre el tejido, cubierto por él, si es el tejido... y si fue atravesado por una flecha... por una mujer o un hombre.

Gracias de nuevo por sus palabras y que lindo es tenerla por aquí.

Besos, Vero.

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Erdosain,
¡Ahh, Bienvenido, Bienvenido!.
Espero lo hayan devuelto sano y salvo, anque nutrido.
Pasaré a ver qué nuevas geografias y límites trajo consigo.

Un abrazo, Erdosain.

Alex dijo...

Nunca imaginé que se pudiera irradiar oscuridad, pero a partir de hoy estaré atenta.

"el paso está donde quieras darlo. Los obstáculos no avanzan ni retroceden; permanecen en su sitio." Gracias, algunas frases son sublimes.

Hombrecitas beodas dijo...

La oscuridad se irradia, usted que cree? Cómo has vuelto, tendré que volver una y otra vez a estas páginas, hasta agotar stock
saludos brillantes.
P

estenoesminombre dijo...

Alex,
Bienvenida.

Es parte del principio de ver en la oscuridad.
¿Nunca vio esa fracción en la que un rayo es completamente oscuro?.
El secreto está en parpadear para adentro; y no parpadear al mirar una tormenta. Si es de día o de noche es indistinto.

De nada. La verdad que lo de las frases superó mis expectativas.
(agarrate narosky que te saco del podio, jajaja)

Algunas ya me da la impresión que son subliminales. Que tienen como una esencia de mantra o de dharma.

Supngo que tuve que envejecer mucho para alcanzar ese punto donde uno puede dilatar los espacios y las palabras hasta dejarlas para que cada quien las haga propias a su gusto y medida.
Usted lo hizo también y me encanta.

Gracias por la visita y las tazas.

Buen fin de semana.

Besos, Alex.

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Hombrecitas,
¿Qué creo yo sobre el irradiar oscuridad?. Es posible. No sólo en términos de luminiscencia o ausencia de esta, sino en aspectos un tanto variables.
Oscurecer el corazón con un dedo y ecplipsarlo hasta que el amor no duela y el dolor sienta amor por primera vez y perezca.
Sí, yo creo que sí.
Un agujero negro lo absorve todo, pero peude verse... algo debe emitir si no, sería una fluctuación imperceptible.
Sí, hay personas que parecen agujeros negros o a la inversa, que proyectan todo lo que les hace sentir los consume.

Volví hace como una semana con el cacho que faltaba.
Vuelva las veces que quiera 8esto parece el slogan de UNICENTER, jajaja).
Agote sotck tranquila. Tenemos más mercadería en los galpones.

Buen fin de semana.

Besos oscuros, Hombrecitas.

Alex dijo...

y me pregunto cómo sos (no puedo evitarlo, me pasa cuando me enredo en palabras como las tuyas que son así y en palabras como las de los comentarios que son distintas y te salen tan naturalmente como si tuvieras muchas esencias y estuvieras perfectamente cómodo en todas ellas)
buen fin de semana

JUANAN URKIJO dijo...

Don Esteno, preciado amigo:
Créame que no encuentro palabras para disculparme por no estarle rindiendo la pleitesía que me merece. Verá que le escribo para que, sobre mi ausencia, no albergue ningún tipo de duda, sospecha o suspicacia. Y es que, primero y principal, le diré que tuve una semana en la que me encontré más liado que la pata de un romano (perdonará que emplee una metáfora europea, por no conocer la que acullá es su equivalente), y después que, ya dirá, cuando aterricé por su planeta y vi que la longura de su escrito terminaba por desvanecerse en mi teclado, me dio un vértigo tal que, por dos veces, dos, pospuse su trajinosa lectura. Si por un acá, ello le indujera a pensar que lo mío es desinterés, óigame que no; que lo mismo que le conté ya cómo vi al Jonás bíblico saliendo de la ballena, como quien de las sombras a la luz de la literatura, también le aseguro que pretendo seguir el recorrido al segundo tramo de su narración.
Y ahora permítame (antes de que llegue a pensar que bien pudiera haber invertido el tiempo este en leerle que no en escribirle), permítame, digo, que le diga, valga la repugnancia (con perdón): Que tampoco es ahora cuando le he de leer el trascuento, que me preparo ya mismo para homenajearme el cuerpo con una estupenda ducha y, acicalado, salir a tomar unos vinos con varios amigos, siguiendo ese ritual ancestral que en estas tierras adoptan la mayoría de los humanos y de las humanas.
De modo y manera, mi buen Don Esteno, que sin prometerle aún nada le itero que, de no regresar muy tarde o marchito..., o muy tarde y marchito, me plantaré frente a este artilugio, copiaré y pegaré en folio blanco, imprimiré y me llevaré el trufado a la cama para en ella leerle.
Tendrá noticias mías, no lo dude.
Entretanto, reciba un fuerte abrazo junto a mi mayor y más firme consideración.
Suyo affmo.,

estenoesminombre dijo...

Alex,
Supongo que lo de las criaturas sonó a broma... non es asim.
(jajaja)
Soy... soy...
Podría decir lo contrario a lo que soy o decir lo que soy diciendo lo que no soy.
Lo cierto es que no me preguntaste nada así que no sé que respuesta podrás darte preguntándote a vos sobre cómo soy yo, jajajaja.
Quisiera conocerla, eso sí.
Para ser sincero, no me fijo mucho en las divergencias entre lo que escribo y comento.
Hago sí una diferencia, supongo.
Lo que sí, a veces me siento incómodo con lo cual la falta de perfección es un alivio y no una búsqueda.
A veces me tomo un tiempo para pensar qué decir si es qu etengo algo que decir. Otras veces salgo al ruedo como chancletazo en camino de tierra.
Ya sé que no te estoy diciendo cómo soy.
Y no tenés que evitar nada.
Insisto, no me preguntaste nada con lo cual diré nada o muy poco sobre mi.
En parte porque estoy desacostumbrado a decir cosas como: "Yo tal cosa, yo soy una persona así u asá". Me sienta fatal eso y cuando se me escapa intento revertirlo porque siento como si me pusiera a mi mismo dentro de un frasquito en un laboratorio.
Es una especie de mecanismo.
Y eso de las esencias, a veces puede traer molestias y dolores de cabeza, pecho y, no sé si tós convulsa o con bolsa. Esto último porque no tengo ni pizca de idea cómo se escribe (creo que con V por convulsiones, no estamos seguros).
¿Histeriqueo?.
Para nada.
Sentite libre de preguntarme lo que quieras. Yo responderé lo mejor que pueda, dentro de mis tiempos y en la medida que lo considere y sienta.
Pero para tu identikit:
Soy hombre, peso 72 o 73 kg. (hace bastante que no me peso), calzo 42... perate que me miro al espejo a ver qué más... tengo el pelo corto, uso lentes, ojos oscuros... ¿Dije que soy hombre?... ¿Dije que entre mis criaturas están sobre las que se peuden leer y las que no?.
Sí, hay algunas que son femeninas (muejeres) y femeninas (hombres). Otras son... otras.
Y no creas que planeé lo del "...o no."
¿Tengo cara de divinidad sobre lo que escribo?.
(pues sí)
Sólo que en un punto cada criatura escoge hacer su propio destino, contar su propia historia a medida que la recorre.

A lo mejor no soy más que un producto de la ficción.
Me han llamado de tantas maneras y formas, buenas y malas, anteponiendo la pertinente conjugación del verbo "ser", que saber un poco menos quién soy es tan reparador como el tener imperfecciones, incluso físicas.
(entre ellas una cicatriz hecha en mi entrecejo sólo con mis uñas)

Igual hay de mi persona en los escritos tanto como en los comentarios que hago.
Y ninguno se acerca a este lado del cristal.

Besos, Alex.

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Dédalus,
¡Aparcero!, ¿Cómo se le ocurre pedirme excusas?. Mucho menos pleitesías. No, no, no y le digo de nuevo; no.
Ahhh... "vertigo"... interesante la elección de sus palabras.
Creo que me olvidé sugerir a cada quién que respirara hondo y tomara envión para adentrarse en los rumbos del escrito. My mistake.
Le oigo, pero en ingún momento creí o siquiera consideré desinterés de su parte. Soy consciente de la mole que cifré. Descifrarla es tarea de ustedes y, en el debido tiempo que le tome a cada uno.
De verdad que no tengo nada que reprocharle, salvo el reprocharle que no tiene por qué disculparse. No habido ofensa, herida ni malas intenciones.
Espero haya nutrido a su cuerpo con el alma de esas amistades y espirituosos brebajes.
Cuando Usted lo disponga, Dédalus. Las puertas están abiertas.
Además, ya surcó el miedo del vértigo; disfrúte el paseo.
Reciba mis más cordiales saludos.

Un gran abrazo, Dédalus.

Alex dijo...

Gracias por la extensión en la respuesta a la "no pregunta".
No me molestan las divergencias, es más me gustan mucho cuando se deslizan de la forma en que lo hacen las tuyas. Me habla de mundo interior.

estenoesminombre dijo...

Alex,
De nada. Me alegra que lo tomara con esa filosofía que profesa en los momentos Naroskys ("tomatelo con calma").
Que bueno que hablamos de divergencias y no de divagues. Es que a veces tengo de lo segundo.
Hoy estuve cinco minutos en un monólogo-diálogo entre el Dr. y El Gran Calimari (que no es pariente del Gran Caligari, ese otro) y la invención del "cortoncionismo". Sí, sí, eso mismo. Yo, como Calimari, pensé que era un divague, pero el Dr. supo hacernos ver el error.
Eso sí, necesitaba un par de mujeres (dijo) para lograr el invento en cuestión, y que le tomaría algo así como neuve meses.
Lo miramos como diciendo "pero vos sos un atorrante, lo único que querés es tener tu propio harén." y resulta que justo ahí pasaron los cinco minutos y salí disparando al calor de la ciudad.

¿Te hablan del mundo interior?, ¿Del mío?.
¿Y qué te dicen?.
(porque deslices puedo tener como cualquiera, pero patinando soy un queso).

Por cierto, y sobre eso de los mundos interiores... mi imbligo junta pelusas.

Besos, Alex.