22.6.06

pasajero en tránsito

Emprenderé pronto un viaje por razones de salud.
Si me tardo más en escribir no es por ausencia sino por lentitud. Debo tomarme un descanso de mi mismo; al menos de este cuerpo.
El itinerario puede parecer ridículo, pero en fin, la geografía y el turismo también lo son en cierta medida.
Primeramente retomaré mi travesía por el viejo continente que comenzó el año pasado y decidí reencausarme en ella. Tal vez haga escala en algún arte o café. Dejaré un par de valijas en cada sitio que me encuentre. Para eso es que he decidido viajar; para reencontrarme.
Sé bien que no necesito ir muy lejos para ello, pero confía en mis presunciones. Buscaré la mecánica de las cosas en la naturaleza. Alejarme de la intervención humana, cosa cada vez más quirúrgica para mi gusto.
Ya no preguntaré como antes y callaré más aún. Ordenando papeles para dejar el menor orden posible, descubrí que puedo responder "No sé".
Intentaré hallar aguas que me alivien. Me estoy secando y eso no es bueno para mis entrañas.
Seguramente siga enfermando.
He notado que me he dejado parasitar y ya no soy el único que se sabe muriendo por dentro.
La diferencia es que si esto no acaba pronto, yo daré lugar a la matanza.
¿Suena demasiado grandilocuente y exagerado?.
Tal vez sea cierto.
Me iré de viaje. No me importa conocer a nadie, no quiero nada, sólo viajar. No quiero tener que escribir como lo he hecho en anteriores periplos, pero de seguro tendré esos arranques nocturnos de aplacar mi interior en la pulcritud de un casto e inocente papiro.
No sé cuándo regrese.
No puedo pedir que me esperen.
No puedo pedirte que me esperes.
...no me esperes.

A propósito, a mi vuelta recuérdame contarte cómo es que hay espaldas analfabetas. De esto han sabido disertar los elefantes.

A la segunda boca de mi vientre le duelen los dientes y me muerde. Labios calcáreos y perlas de nelumbos fantasmagóricos flotando en pantanos de amor.
El caos que esta imagen genera es en apariencia despreciable.
Si un niño recién nacido muerde la oreja de otro a su lado, es malo. Pero si lo hace porque tiene hambre, es tierno, aunque algo brusco.
Un cazador no tiene ojos para su presa. No los necesita.
Me iré de viaje. Escribiré algunas postales, o no. Sabes bien cuanto detesto escribir en espacios reducidos.
Cuídate, y haz el amor sin medir las consecuencias.
Pd: Si también enfermas, seguramente nos encontremos. Si no, prepárate para la matanza del día rojo; ha de ser una brutal cacería.
Alguien caerá en sangre doce veces, y resurgirá con otros ojos.
Haz el favor de dejar de mirarme.

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