19.6.07

continuidad

Deshoje.
Dos ojitos nariz redonda y una pera monroe sin trincheras.
A esa hora pasajera libre de miedos con un centavo calavera para salir del infierno lo lanzó tanto tan lejos de su travesía morfológica como le fue posible hasta enterrarlo desde el trazo filoso en el borde de la ranura que los nervios respondían a la carne cuando insertada, la moneda ardía mientras todo la rodeaba y era ella quien giraba a cara o cruz sin que nunca la llamaran cristiana.
Pureza.
A esas horas en que la mirada se cierra tras engullir y masticar los ojos de los relojes, también se toman prisioneros a los ángeles que desean la muerte estrangulándose unos a otros con alambres de púas. Carceleros de sus temores, cada quien asila a un ángel dentro.
Nariz redonda en un par de tetas que huelen a ombligos gemelos rodeados de un finito cálculo, por lo flaco y sapo de su condición; la misma cuya falta de ingesta, le abrirán para alimentarle consigo mismo, aunque con ello no acabe de explicar cómo llegar al mismo resultado de la hora mordida o la pasajera arribada y sin destino.
Cualquiera sean las horas, lo inesperado acontece con distorsionada precisión horrorosa, librándonos al mal que cada cual es capaz de engendrar hasta detener las agujas justo en las coordenadas cenitales de una gota de sangre..
Los números, sintómatas de lo inabarcable, lo saben; por eso se esconden.
¿Qué hora tienes?.
Ahora pregúntatelo con aquellas que nunca más tendrás, de aquellas que te arrepientas, que supiste te arrepentirías... que lamentas.
Ahora lame las que te quedan y no te alarmes.
Virtud es ignorarse de vez en cuando en un lapso que la sabiduría se confunde tras cortinas, como un acto de estupidez.
Un primer acto.
Como quien se guía con segunderos de flor hasta que la redundancia se atora hasta inmovilizarse.
Lo detienes -no importa por dónde- pero lo detienes.
¿En qué momento todo se aquieta a voluntad?.
Cuando lo sueltas... ¿Cuándo lo sueltas?.
A esas horas que se apagan bostezando entre lagañas, suspensos latentes. La nariz redonda y la nariz puntuda en escuadra de siete espíritus lo presagian puntuales.
Nada se detiene, aún cuando se detenga.
Cualquier percusivo coqueteo y pretensión es la pantomima de un universo al cual ninguno pertenece.
Por mucho que creerlo se quiera hacer amar. No deja de ser amado y por mucho menos se lo olvida.
Nadie es imprescindible.
Pero sin ti, esta vida es simplemente un engranaje del tiempo.
Sé mi partida y llegada; el mecanismo de mi piel al sentirte con el amanecer.
Aunque las mañanas se hagan noctámbulas en nuestros pasos.
Despierta conmigo.
Detenme. Tropieza.
Para cualquier noche de pesadillas cuyo final se acerque con cegueras de un cielo despejado, dispuesto a atentar contra el mayor de mis miedos y con el cual le haré frente, estaré.
Acompáñame a estarte en lo que dure un para siempre.
Duerme.
Que yo guardaré la moneda calavera, al carcelero ángel que llevas dentro.

5 comentarios:

Libelula de Acero dijo...

¿En qué momento todo se aquieta a voluntad?.
Cuando lo sueltas... ¿Cuándo lo sueltas?.



Ah....

JUANAN URKIJO dijo...

"Oren guztiak dute
gizonak kolpatzen.
Azkenekoak du
hobirat egortzen"

(Inscripción en euskera labortano, grabada en la pared de la iglesia de Sare, Pirynées Atlantiques (País Vasco-francés), que traducida dice: "Todas las horas golpean al hombre, la última lo envía a la tumba".)

Ah, Don Esteno: Tempus irreparabile fugit. El tiempo...
Sea testigo conmigo del que nos ha tocado vivir. ¿Me invita a contemplar a su lado? Gracias, amigo mío; sabía que no le incomodaría mi compañía.
Un abrazo.

Suyo affmo.,

Manón dijo...

"Virtud es ignorarse de vez en cuando"
el despuntar del ombligo sediento, aquietar el tiempo y habitarlo, jugar a ser gota de sangre entre esas coordenadas cenitales dejar de ser coordenada dejar de ser aguja ser sed gota de sangre ombligo desdoblado, barquero del estigia que te roba las monedas de los ojos para que te quedes conmigo, en el barco, a merced de las horas espuma y los abrazos como agujas de relojes que se anudan en tu cuello.

gracias por las imágenes.

Alex dijo...

leí los comentarios primero esta vez, hice bien porque hubiera sido una repetición monocorde que le iba restar belleza a todo lo dicho y sentido.
"Acompáñame a estarte en lo que dure un para siempre" decís y habitás.
Me quedo estremecida.

estenoesminombre dijo...

MAGDALENA,
Oh....
También cuando se aferra a nosotros y viceversa.
Somos como agüitas en las lunas de un otro que mueve neustras mareas.
Aplícase también esto a la brisa de la voz y las caricias.

besotes, Magdalena.

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DÉDALUS,
Esa frase querido amigo me la he de apropiar, se lo aviso de antemano.
Me a gustado sobremanera. Es una semilla y una mano abierta.
Muchas gracias por compartirla.
Un placer el mío compartir de buena compañía estas horas ad estiempos de las cuantías y las mesuras preestablecidas.
En algún punto por sobre el timepo y la distancia, nos encontramos platicando como si lo hubiésemos hecho en otra vida.
Incluso, en otro lado del universo.
Hemos trascendido un poco los límites de cronos querido amigo y lo maravilloso es que sí, sentados compartimos el momento.

Un afectuoso y cálido abrazo en este primer día de invierno, Dédalus.

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MANÓN,
O lo usa Usted o lo uso yo, pero esas imágenes hay que aprovecharlas hasta que no queden ni los huesitos.

Besotes, Manón.

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ALEX,
Y lo que estremece es cuando es a uno a quien le hacen sentir esas palabras.

Besotes, Alex.