Incapaz de nutrirla con amor, entre las tonalidades grisáceas y humorosas de sus ojos en mis lágrimas, todo color que veo se trasluce violeta.
Elefante girasol con dolor de memoria.
[una oreja caída]
Pactar el diablo tantos años de su eternidad para que viva.
corazón tierra [barro]
jazmín y aroma [negros]
niña con miedo [blanco]
perderla, no nacer [tener color ninguno]
Al menos así era el rostro de aquel hombre ante las más diminutas manos que podían abrazarse a su pierna.
[perdona si lloro, en apariencia sin sentido, y no te explico]
...y no es.
[mi hija]
[y el sueño de mi tomate negro pidiendo upa]
[es hermoso hacerla reír]
Esas inquietudes de los niños y su corretear curiosidades.
“Ama”, suena mejor, aseguró.
¿Ama?... ¿Así nada más?... ¿A secas?...
¡SÍ!... como el zorro cuando encontró al elefante en el jardín dormido.
¿Dormido el elefante?...
¡Dormido el elefante y dormido el jardín!...
¿Y el zorro que hizo?... ¿Los despertó?.
¡Nooo!... (tras una silenciosa pausa, estirándose en puntas de pie, bajando la voz y apretando fuerte la pierna, susurró) El muy zorro, también se durmió...
Shhh... entonces no hagamos ruido, a ver si se despiertan...
Jí, jí, jí... sí, shhh, shhh…
¿Y qué palabras te gustan?.
Las que te escribí cuando dibujé.
Ahhh, y que nunca me dijiste.
Y no te voy a decir, jí jí jí.
[sólo ella y tú lo saben]
Esa no es una palabra.
¿Dice quién?, mirando de lleno con sus grandes ojos y su pera en la rodilla.
[cuando provienen de su instinto, las sentencias son tan cálidas y aprensibles]
¿Y te gustan mis sandalias?, caminándolas para admirar su andar alípede.
Te quedan muy lindas y el vestido es muy hermoso; me gustan, sí.
Me los elegiste vos... volvió a confiarme en secreto de manos al oído.
¿Yo?, ¿Segura?.
¡Sí!, porque yo cumplía así (gesto de mano con dedos) y me lo regalaste. ¿No te acordás? (puños a la cintura y mirada inclinada).
¡Ahhh, cierto!... ¿Y segura que así?.
Sííí, jí jí jí...
Alzándola en brazos pareciera que uno es puramente una invención suya, que es uno el que se deshace acurrucado en ella hasta que- -
Bueno, bueno, bueno (apurada, como soltándose, buscando su sombrero y, uno que tan cómodo, medio en broma no la suelta)
¿Te traigo una flor?.
Me encantaría.
Bueno, entonces te traigo a mamá... y allí va ha por ella.
[en su ya vengo de muchos años, trajo cada cosecha su sueño de tomates]
[tal vez nada de esto es]
[pero no nos somos ajenos]
[sí; no distingo un sueños de sueños, pero los sé compartidos]
Este es nuestro absoluto.
Esas palabras también me gustan...